“Juan Bosch y la Reforma Agraria”

“Juan Bosch y la Reforma Agraria”

Este año estamos conmemorando el centenario del natalicio del profesor Juan Bosch, presidente constitucional de la República Dominicana, hombre de cimera estatura en la historia de nuestro país.

Su memoria es una reserva de enorme valía moral y ética para la nación dominicana. Su espíritu democrático y el sano y genuino interés en el desarrollo de su país, inspiró en un momento épico de nuestra historia, a que muchos dominicanos y dominicanas se jugasen la vida por el ideal de un gobierno democrático, de una patria, libre y soberana, de justicia social y de igualdad de oportunidades, y que ejecutara una política coherente de desarrollo de inclusión social.

Su aporte al quehacer político es un ejemplo sin paralelo en la historia democrática reciente de la nación dominicana. Bosch concebía que los principios eran más importantes que el poder y que el poder sin principios le era inservible. Y no solamente fue honesto y de carácter profundamente ético, sino que sus dotes de estadista y su visión sobre el desarrollo del país, a pesar de su corto y truncado período al frente del gobierno, se evidenciaron y fueron fuente de motivación para muchas de las positivas conquistas sociales del pueblo dominicano. Hoy rendimos tributo a este tipo de valores, a la agigantada figura de honestidad y pulcritud, así como a los principios que sostuvo como gobernante, el profesor Juan Emilio Bosch y Gaviño.   

Deseo compartir con ustedes, algunos de los pensamientos y aportes del profesor Juan Bosch en materia de reforma agraria.

Aun concentrándome en solamente algunos, tal tarea me es prácticamente imposible cumplirla, por el aquilatado sitial que consignó al desarrollo de una verdadera reforma agraria, en las prioridades de la política estatal

Ordenamos estas reflexiones del pensamiento de Bosch, enunciando cinco preceptos de su ideario agrarista. Bosch creía que:

1)    La reforma agraria es responsabilidad de todo el Gobierno y que sus estructuras deben responder como una unidad para hacer esta reforma.

2)    (Bosch creía que) la Reforma agraria es una prioridad nacional.

3)    (Bosch creía que) la Reforma Agraria era un medio para lograr la liberación de los pobres.

4)    (Bosch creía que) la Reforma Agraria debía ser integral.

5)    (Bosch creía que) la Reforma Agraria es un asunto de voluntad y fe.

Conclusión   Hoy, al conmemorar cien años del nacimiento de este prohombre dominicano, renovamos los votos de entrega y compromiso con esta causa. En representación de toda la familia agraria adoptamos el recetario del Profesor Juan Bosch para hacer la Reforma Agraria, repitiendo sus palabras:

“La reforma agraria debe hacerse con fe, con mística, con decisión, con voluntad; con coraje; no se puede hacer con dinero”.

Asumimos hoy, con redoblado ánimo y fe, el desafío de consolidar el proceso de la Reforma Agraria.

Que los valores y la visión del presidente Bosch iluminen nuestro pensar y accionar para lograr esa justicia social, esa democracia económica y esa sana convivencia que él enarboló como insignias del valor de la reforma agraria en la sociedad dominicana.

En buena medida, esa visión y esos planteamientos del presidente Bosch sobre la reforma agraria, han sido acogidos en la propuesta de transformación del Instituto Agrario Dominicano, gracias a las orientaciones y el apoyo del Presidente  Fernández. Con este estímulo podemos decir en esta ocasión, que trabajamos para lograr la inserción activa de la familia rural en los procesos de desarrollo social y económico, como lo soñara el Profesor Juan Bosch.

1) Responsabilidad de toda la estructura del Gobierno

Iniciamos este epistolar resumen del pensamiento de Bosch, resaltando que lo atribuyó como el deber del Gobierno, actuar con voluntad, con lucha y decisión, para llevar a cabo la Reforma Agraria. Entendía necesario ver la reforma agraria no como responsabilidad única y exclusiva del Instituto Agrario Dominicano, sino que razonaba que era imprescindible que el gobierno articulase el trabajo de todas sus dependencias para lograr este propósito.

A este fin, señalaba que desde el Presidente de la República hasta el último funcionario de las dependencias del estado, tenían funciones que cumplir dentro del proceso de Reforma agraria, enfatizando la necesidad de que toda la estructura gubernamental concurriera en funciones y esfuerzos para llevarla a cabo. Resumió la reforma agraria como la misión y la razón de ser de su gobierno.

2) Prioridad nacional

La prioridad que le confirió a la Reforma Agraria es evidente y notoria. Al ponderar que el Profesor Bosch llegó incluso a igualar la revolución dominicana con la Reforma Agraria, en reconocimiento de que era la forma de lograr un sano equilibrio en la dinámica social y económica de nuestra nación. Reconoció atinadamente, que este proceso requería la habilitación de la masa campesina, dotándola de medios y oportunidades para la producción y lo visualizó además como parte de un proceso político, como en esencia lo es, de re-distribución de la riqueza, aspirando a la equidad social en el reparto de propiedades productivas y como un medio para des-trujillizar las tierras y combatir el latifundio. En este sentido, el día 25 de abril de 1963, en reunión celebrada en el Palacio Nacional[1], declaró ante funcionarios, legisladores y representantes del Cuerpo de Paz, en ocasión del lanzamiento de su plan de Reforma Agraria, que el trabajo del Instituto Agrario Dominicano era:

“juntar al hombre sin tierra, al dominicano sin tierra, con la tierra dominicana”.  

No solamente comprometía a todas las dependencias del gobierno en esta tarea, sino que lo entendía como un deber de esta generación dominicana. Veía que el trabajo requerido para hacer la reforma involucraba a todos y que era un trabajo de equipos, de grupos, y que esto significaba, como muchas veces repetía, que no se trataba de un hombre que esté gobernando por si solo, sino el gobierno de muchos y para todos. Hacer la reforma, agraria dijo, era una concepción diferente de gobernar y de hacer la revolución.

Su motivación a la sociedad dominicana se hace palpable en el ferviente llamado a la juventud dominicana para que hicieran la revolución alfabetizando a los campesinos[2], combatiendo no con fusiles ni balas, sino con la enseñanza a gente sumida en el ostracismo social, para que aprendieran a leer y escribir.

Esa preferencia del Profesor Bosch por la Reforma Agraria, posiblemente fue el motivo de que en un reportaje periodístico de la época en la que fue presidente, se haya señalado que la reforma agraria era “la obra favorita del Presidente Bosch”[3]. Pero nada es tan verdadero ni más cierto como ese   suspicaz y probablemente “celoso” comentario. Nada era más prioritario para el Presidente Bosch, que la lucha a favor de los desposeídos. Nada fue más relevante que enfrentar las desigualdades sociales y económicas que frenan el desarrollo de los marginados.   

Este enamoramiento del Profesor Bosch con la Reforma Agraria no era un amor ciego, pues reconoció las fallas en la forma en que se estructuró el Instituto Agrario Dominicano y en la forma compleja en la que se programó la reforma agraria, indicando que fue un proceso más lento de lo que era razonable. Señaló con certera visión, que la reforma agraria debía ser un proceso ágil, propugnando en algún momento por una re-distribución inmediata de las tierras. Con esta postulación sobre el proceso de la reforma agraria coinciden a través de los años, los más reputados y consagrados filósofos e intelectuales agraristas de América Latina y de otras regiones del mundo.

3)Liberación de los pobres

El Presidente Bosch relacionó la reforma agraria con la democracia social y la vindicó, en el contexto de un país de base productiva agrícola como el nuestro, como única vía para alcanzar una democracia económica.

Al dar inicio al plan de reforma agraria de su gobierno, resaltó el significado de este proceso y la estrategia para que la desposeída masa de hombres y mujeres del campo, lograran condiciones de vida digna. Su visión consistió en que al proporcionarles medios necesarios para producir, los parceleros llegaran a formar núcleos económicamente independientes y que alcanzado este estadio de desarrollo y de auto-suficiencia económica, podrían entonces, y solo entonces lograr independencia intelectual, moral y política. La libertad implicaba para el Presidente Bosch, la emancipación de la esclavitud económica, Citamos, con reverencia, las palabras del Presidente Bosch en esa ocasión de lanzamiento de su plan agrario, de este modo:

“La democracia económica del provenir dominicano, base de la democracia política dominicana, tiene que hacerse en el campo a través de la Reforma Agraria, y somos todos nosotros, en primer lugar, los responsables de que se establezca esa democracia. Y después todos los campesinos,  a los cuales podamos dotar de tierras y de créditos y de ayuda técnica, los responsables de que esa democracia se mantenga en crecimiento y en desarrollo permanente”.

4) Reforma integral

El Profesor Bosch argumentó y promovió un proceso de desarrollo rural integral en los territorios de los asentamientos agrarios. Decía que la gente necesitaba, además de poder producir los frijoles, de energía eléctrica, de viviendas, de salud e higiene, agua potable y otros medios para mejorar las condiciones de vida. Instó y coordinó el trabajo sincronizado de varias secretarías de estado e instituciones públicas para que los asentamientos campesinos que iniciara, además de cumplir con los requerimientos técnicos productivos, tuvieran viviendas,  centros de salud,  caminos, puentes, crédito, acciones para preservar el medio ambiente y ofrecer servicios de extensión, no solamente de las técnicas agrícolas, sino para enseñar a los asentados a vivir[4].

Este tipo de perspectiva ha motivado las iniciativas actuales del Instituto Agrario Dominicano, promoviendo, bajo las instrucciones del Presidente Leonel Fernández, una transformación institucional y una reconversión productiva – competitiva, focalizando su accionar en base al desarrollo territorial rural.

5) Voluntad y fe

Como quinta y última reflexión señalamos que el Presidente Bosch estaba convencido de que la Reforma Agraria requiere, más que de dinero, de fe y de voluntad. Sobre este particular enfatizaba que las expropiaciones de terrenos implicaban costos que de ser posible debían evitarse y que de no precisarlo, no era necesario comprar tierras, pues el Estado tenía muchas propiedades disponibles para ello. Una y otra vez recalcó que la Reforma Agraria no se hace con dinero, sino con decisión y trabajo. El profesor Bosch asumió con fe esa gran responsabilidad histórica de sentar las bases de la Reforma Agraria.

Que viva la memoria del presidente Bosch por siempre!

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