Aurora Martínez
a.martinez@hoy.com.do
Nacido y criado en las entrañas del Cibao, entre Gurabo y Santiago, Arcadio Díaz se apropia de la chacabana, inyectándole a esta prenda una explosión de colores a la que no se resisten hombres ni mujeres, por su elegancia y frescura, muy apropiada para ocasiones muy casuales y al aire libre.
Para este diseñador la chacabana es su prenda más emblemática y, paradójicamente, no siempre fue así, pues cuenta que la consideraba una pieza muerta, muy de 300 años atrás, con colores muy tradicionales y clásicos como blanco, azul y crema, tonos que un buen día se atrevió a subir logrando penetrar al olimpo de la moda internacional, solo reservado para un grupo muy exclusivo.
Allá por los años sesenta, cuando apenas era un mozalbete, cargado de sueños y unas ganas inmensas de salir hacia adelante, rememora, con nostalgia, que su madre Rafaela Mejía Domínguez le dijo que tenía que aprender un oficio, a lo que le respondió que le gustaba la moda y de inmediato lo llevó donde un sastre que no lo recibió porque no tenía donde sentarlo.
Dice entonces, que, muy cabizbaja, su madre Rafaela le apretó la mano y le expresó que no se preocupara que al día siguiente le conseguiría trabajo.
Y así fue, al otro día le puso una silla en la cabeza y lo mandó donde el sastre Nicolás Cruz.
Aguja e hilo fueron los instrumentos de costura que pusieron en sus manos, con los que aprendió a hacer ruedos y ojales.
Pasado un tiempo, Arcadio se trasladó a la sastrería de Roberto Santos, quien, para su asombro, le dijo que no sabía trabajar, que lo que hacía era una porquería y que si se quería quedar a trabajar con él tenía que aprender de nuevo, y de inmediato le apodó el aprendiz.
Con ese estilo pueblerino que le caracteriza, el diseñador cuenta, con mucha sabrosura, que ante el desafío del maestro decidió quedarse para empezar a aprender de tal manera que aprehendió las enseñanzas y en poco tiempo ya sabía hacer ruero y ojales.
En el transcurso de cinco años, el ya adolescente Arcadio Díaz sabía hacer pantalones y camisas, por lo que percibía un salario de 25 centavos semanales. Seguro de los conocimientos adquiridos se motivó a trabajar desde su casa y poner una tiendecita, siendo sus clientes los compañeros de escuela.
Otros horizontes. A los 19 años su determinación se fija hacia otros horizontes fuera del terruño y, como le comentó a su madre, su destino sería aquel donde le dieran visa.
Es así como aterriza en Maiquetía, Caracas, sin más nada que un puñado de ilusiones y el teléfono de Bernardo, un amigo del barrio Simón Bolívar, de Santiago. Su estabilidad vino de la mano de unos italianos quienes le dieron empleo en una pequeña fábrica de ropa donde llegó a ocupar, tiempo después, el puesto de jefe de planta y control de calidad.
Este cargo fue la piedra angular para adquirir conocimientos en Alemania, seguido de más preparación en Italia, París y Nueva York.
Conoció personalidades y vio que las fronteras del oficio iban más allá del país suramericano.
Barquisimeto, ciudad donde vive, fue la sede para dar a conocer su marca Arcadio Díaz, en 1985.
En esta etapa le cose a los ejecutivos a la medida y se involucra con la chacabana dejando atrás su monotonía, haciendo de ella una prenda versátil que llevaran tanto hombres como mujeres de la alta sociedad.
Con ese tesón de aprendizaje, superación y las travesías entre mares, continentes y ciudades lejanas, Arcadio compensó el empeño de su madre Rafaela y su padre Manuel Díaz, para que aprendiera un oficio, el de sastre, que asumió artesanalmente en una máquina de pedal Singer, y que hoy día le ha dado fortuna, fama y prestigio a nivel mundial.
El Grupo Arcadio Díaz está en franca expansión internacional
Si bien es cierto que como artista del diseño ha triunfado, como hombre de negocios también ha sido muy exitoso.
Dentro de sus propiedades cuenta, además de las nueve tiendas, con una fáfrica en Barquisimeto, con 60 operarios y la que abrirá próximamente en la zona franca de Santiago, con 150 empleados. Desde aquí suplirá las tiendas locales, de Estados Unidos y de Europa.
El Grupo Arcadio Díaz es administrado por Abraham Díaz, su segundo hijo, de una prole de cinco, graduado en Administración de Empresas, al que ya se incorporan Jenny, que es abogada, y Bárbara, también graduada en Administración de Empresa.
Vladimir, su hijo mayor, que reside en Washington y quien es administrador de empresas que trabaja para el gobierno de Estados Unidos. Manuela es la más pequeña, vive en Miami y aún está en bachillerato.
Abraham Díaz, su segundo hijo, es su aliado y su amigo en lo empresarial y en lo personal. Es la primera persona que le comunica todo. Son afines en lo laboral y en lo personal. Mutuamente toman las decisiones. En lo personal siente una gran satisfacción, porque es su hijo el que está empapado de todo lo suyo.
Con un dejo de lamento dice: tengo tres hijos graduados en Administración de Empresas y una que es abogada; pero ninguno siguió mis pasos.
Ha realizado desfiles en París, España, Italia, Perú, Colombia. En Santo Domingo presentó su primer desfile en 2003, en la inauguración de Malecón Center, seguido de uno organizado por la Secretaría de Turismo y uno para la Asociación de Legisladores.
En Pasarela Rosa 2005, de la Asociación de Cronistas Sociales, en Dominicana Moda en el 2006 y el 2007 y en la celebración en el país de la cumbre ACP.
Un mensaje: Con humildad, lucha, constancia, y una base sólida se pueden lograr las cosas. Yo creo que lo más importante en la vida es aprender a valorar esas cosas, pues para mí tienen un valor muy significativo, porque no llegaron, se crearon.
Tiendas en Venezuela
Tres tiendas en Barquisimeto; una en Caracas, otra en el Aeropuerto de Maiquetía, en Isla Margarita y en Aruba.
En República Dominicana
Una en el centro comercial de Malecón Center, en Santo Domingo, más una vitrina en el hotel Hilton y otra en el centro comercial Palma Real Shopping Village, en Bávaro.
Próximas tiendas
En Miami, Nueva York, Los Angeles, Europa y en Sambil, Venezuela. En la Marina de Cap Cana, República Dominicana.