10 claves para trabajar el sentimiento de inferioridad

10 claves para trabajar el sentimiento de inferioridad

Sentirse inferior es la percepción subestimada que se tiene de sí mismo, en la cual un individuo se siente en situación de desventaja ante los demás, o bien, no cree tener las condiciones o aptitudes necesarias para asumir algún reto, logro personal, profesional o alguna situación adversa.
Así define el sentimiento de inferioridad la psicóloga clínica Zuleyma Rosario, quien señala que dentro de las principales situaciones que lo motivan se encuentra el haber sido maltratado, descalificado o marginado, durante la niñez o la adolescencia, dentro del entorno familiar, por figuras significativas como padres, hermanos o maestros.
Además, si un individuo ha vivido situaciones traumáticas como una violación sexual, abandono de los padres o la pareja, situaciones de pobreza extrema, enfermedad, alguna condición física o relacionada con su aspecto, puede sentirme al menos.
Rosario afirma que aunque de fondo está todo lo anterior descrito, actualmente es muy común ver personas sentirse inferior a otros aunque no todos aceptan que esto les pasa.
“Un factor asociado a la realidad de hoy día es el nivel de competencia insana, donde para poder encajar muchas veces se debe incurrir en hacer cosas fuera del alcance de sí mismo, y al no lograrse, en ocasiones, la persona puede sentirse fuera de competencia o no aceptada en una sociedad que está sobrevalorando las apariencias y el tener”, revela la especialista del centro Terapia Boutique.
Cómo lidiar con éste sentimiento. Rosario afirma que las personas se pueden liberar del sentimiento o complejo de inferioridad mediante el seguimiento de diversas pautas. A continuación, mostramos una guía preparada por ella, para aprender a lidiar con este sentir.

1. Reconocerlo. Es el primer paso, “una vez nos damos cuenta que el malestar emocional que sentimos se debe a creernos inferior a los demás, ya estamos listos para tomar la decisión de trabajar en él”, enfatiza la psicóloga.

2. Aceptar los eventos dolorosos del pasado. Como se indicó más arriba, muchas veces el sentirse inferior tiene su origen en hechos dolorosos del pasado, por lo cual la persona debe aprender a vivir con esta realidad y movilizarse hacia el cambio, en lugar de estancarse.

3. Aceptar las debilidades propias. Nadie es perfecto ni hace las cosas de forma perfecta, por eso es tan saludable aceptar que “cometeremos errores, que no siempre tiene que salirnos todo bien, que no siempre debo ser el más atractivo ni sobresaliente, y que nada de esto me debe desanimar o desmotivar”, explica.

4. Fortalecer la autoestima. Rosario recalca que debemos aprender a amarnos tal y como somos, identificar las cosas que nos agradan de nosotros mismos, ensalzarlas y valorarlas, independientemente de si otros lo hacen o no.

5. No tomarse las cosas de forma personal. Esto es algo que genera mucha ansiedad y estrés, pues vamos cargando con situaciones en las que, en ocasiones, solo el otro sabe con qué intención y hacia quien dirige una acción o comentario. “Ver todo como un ataque a nuestra persona es distorsionar muchas veces la realidad y nos impide ser objetivos. Conviene hacerse la pregunta: ¿lo que esta persona dice concuerda con lo que yo realmente soy?”, expone Rosario.

6. Pensar de forma positiva. Está demostrado el poder que tienen nuestros pensamientos sobre el estado de ánimo y las decisiones, por lo que siempre debemos elegir pensar en positivo, aunque cueste un poco más.

7. Atreverse a hacer aquellas cosas que generan temor. La psicóloga advierte que este es un paso difícil y a la vez crucial para dejar de sentirnos inferiores. “Una de las cosas que nos fortalece internamente es lograr hacer algo para lo cual nos considerábamos incapaces (puede ser iniciar una conversación, acudir a un evento social, emprender un negocio…)”, dice.

8. Evitar las comparaciones. A menos que no nos sirvan de inspiración, son totalmente inútiles y sumamente tóxicas, es necesario apropiarse de la propia vida, cultivarla y valorar lo que se tiene sin enfrascarse en fantasear con la de otra persona.

9. Vivir el momento presente. Es fundamental centrarse y enfocarse en el aquí y ahora para poder avanzar.

10. Rodearse de las personas adecuadas. “Los individuos con los que compartimos influyen de forma constante en nuestra forma de ver la vida y a nosotros mismos, por lo que es necesario identificar personas que no pretendan dañar nuestra autoestima y nos valoren por lo que somos”, concluye la terapeuta.

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