Estrasburgo. La Comisión Europea manifestó hoy su “preocupación” por la situación política en Haití y pidió a todas las partes que busquen un consenso para reanudar el proceso electoral y eviten la violencia.
“Esperamos que se llegue a un consenso para que se reanude el proceso electoral”, declaró la comisaria europea de Política Regional, Corina Cretu, durante un debate sobre Haití en el Parlamento Europeo, que aprovechó para “hacer un llamamiento a todas las partes para que no caigan en la violencia».
Recordó que la misión de observación electoral que la Unión Europea envió al país caribeño concluyó que, a pesar de las deficiencias, en la primera vuelta de las presidenciales el 25 de octubre “no hubo fraude masivo».
Pero también que “desgraciadamente” el candidato de la oposición, Jude Celestin, que debía haber pasado a la segunda vuelta al igual que el oficialista, Jovenel Moise, impugnó los resultados de la primera ronda por considerar que los comicios habían sido “fraudulentos».
La eurodiputada socialista española Elena Valenciano, que dirigió la misión de observación europea, insistió en que las del 25 de octubre “fueron seguramente las elecciones más limpias y menos violentas” de la historia de Haití.
Valenciano, que se esforzó en señalar que la crisis actual por el aplazamiento sin fecha de la segunda vuelta la deben “resolver los haitianos”, manifestó su esperanza de que “lo hagan a través del diálogo y del consenso».
“Nuestra recomendación -añadió-, es que se celebre la segunda vuelta”, y si la hay, la misión de observación estará allí.
La comisaria europea hizo notar que una vez que pase el próximo día 7, cuando el actual presidente haitiano, Michel Martell, termina su mandato, se corre el riesgo de que el Gobierno provisional que siga al frente “tenga problemas de legitimidad».
Después de un primer aplazamiento, la segunda vuelta de las presidenciales tendría que haberse celebrado el 24 de enero pasado, pero su suspensión indefinida ha agravado la crisis política.
Celestin, después de sus denuncias de fraude en la primera ronda, se negó a participar en la segunda, además de exigir la renuncia de Martelly y la instauración de un Gobierno de transición que, en un plazo de 90 días, organice nuevos comicios.