A los países de América Latina que más ha estado afectando la tendencia de algunos bancos internacionales de racionalizar sus relaciones de corresponsalía bancaria son a los del Caribe, incluida la República Dominicana.
Esta tendencia, conocida como De-risking, se extiende cada vez más: un informe publicado por el Banco Mundial en noviembre de 2015 reveló que el 75% de los grandes bancos internacionales encuestados había reportado una disminución en sus relaciones de corresponsalía bancaria, tendencia conocida como De-risking, siendo el Caribe el más afectado.
Asimismo, una encuesta realizada por la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN) el año pasado encontró que el 56% de los países afirmaron que existe un proceso de De-risking.
Al desagregar esta cifra, se evidencia que un porcentaje mayor, equivalente al 67%, se encuentra en la subregión del Caribe, incluyendo la República Dominicana.
Un trabajo reciente de José Manuel López Valdés, presidente de la Asociación de Bancos de la República Dominicana, afirma que el fenómeno del De-risking tiene grandes implicaciones para América Latina y para los mercados emergentes. “En primer lugar, los 26 bancos extranjeros que operan en la región, podrían incrementar significativamente el precio de los servicios que ofrecen o inclusive cerrar sus operaciones, con el fin de cumplir con las exigencias regulatorias y no verse afectados por el riesgo reputacional si no observan las disposiciones de sus reguladores”, explica.
En segundo lugar, señala que los bancos extranjeros pasarían a ser aún más selectivos con los servicios que ofrecen a sus clientes locales, con el fin de mitigar el posible riesgo de multas o sanciones.
“De esta forma limitan la oferta de servicios de corresponsalía, financiación de comercio exterior y remesas, lo cual se traduce en un “aislamiento” de nuestros hogares y empresas de los mercados financieros internacionales”, agrega López Valdés.
En tercer lugar, indica que los clientes locales de estos bancos extranjeros, al ver limitado el acceso a estos servicios, pasarán a buscar los mismos en oferentes que no están operando en el mercado formal, lo cual paradójicamente, aumentará el riesgo de lavado de activos y financiamiento del terrorismo, precisamente lo que se trata de combatir con dichas regulaciones.
La preocupación manifiesta de la banca latinoamericana con respecto al fenómeno de De-risking ha sido también compartida por la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
Actualmente existen iniciativas en América Latina que pueden contribuir de una manera muy positiva a hacer frente al fenómeno de De-risking en la región, entre ellas el sistema de pago regional que opera actualmente y desde hace un tiempo reciente entre los países centroamericanos y República Dominicana a través de sus bancos centrales y donde el Banco Central de la República Dominicana opera como el liquidador del sistema.