Por lo general, las inversiones foráneas sanas se establecen en los países que han logrado desarrollar sistemas de seguridad confiables. Los inversionistas extranjeros éticos y responsables no invierten sus capitales en lugares con climas de negocios inseguros y amenazados continuamente por la falta de institucionalidad, irrespeto a la aplicación correcta de las leyes y con bajas calificaciones en seguridad ciudadana. La seguridad ciudadana es mucho más que diseñar y difundir campañas comunicacionales para ocultar las causas y consecuencias de la inseguridad multidimensional.
Hoy, sin importar su dimensión y contexto, la seguridad es un eje estratégico y transversal que puede afectar de manera positiva o negativa los activos intangibles de un país. Por ejemplo, la reputación, la credibilidad, la confianza, el posicionamiento, la imagen pública, y por ende el clima de negocios. Los países inseguros son los mayores receptores de capitales dudosos. Las consecuencias funestas de la inseguridad ciudadana se perciben y se sienten en la productividad y competitividad de los negocios y en el estado de ánimo de los ciudadanos. Los países más seguros y con mejor clima de negocios son los que más invierten en seguridad multidimensional.
Es ahora cuando hay que unir esfuerzos, voluntades e intereses para evitar que RD continúe apareciendo junto a los países más inseguros de América Latina. Nadie en su sano juicio invierte su dinero en países inseguros. La seguridad ciudadana, la solidez de la institucionalidad y el respeto a las leyes, son indicadores esenciales para crear y proyectar climas de negocios atractivos y rentables. Es urgente que el Estado y las organizaciones del sector privado planifiquen, ejecuten y controlen más y mejores acciones en procura de establecer mecanismos eficientes, confiables y sostenibles de seguridad ciudadana.