El pacam confirma

El pacam confirma

Es fácil, cómodo. Permite lisuras y galanuras. Permite, además, arrebatos y ademanes gloriosos. Imperturbable por maniqueo, como las tareas escolares de antaño para aprender los antónimos: dulce -amargo, caliente -frío. Esos antónimos que auguraban riqueza de vocabulario y buenas calificaciones. Bueno- malo, joven- viejo. Simple y no reta, agrega, acompaña. Inconsistente, sin embargo, en esta contemporaneidad sin cortina de hierro ni chekpoint Charlie, con derechistas zurdos y zurdos fascistas. Sin verdades absolutas y con dogmas redivivos que atormentan y apandillan. Con delincuentes parapetados tras organizaciones internacionales piadosas e imponentes que exigen, pautan y consiguen súbditos perversos y cómplices urbis et orbe. Cuando de sus crímenes se trata callan las redes y las monsergas redentoristas. Por eso es fácil la pose, repetir la letanía de la corrección. Entonces, en ese idílico universo de lo conveniente, el dato escuece, la estadística atormenta. Mejor afirmar que el delito es propio de un grupo social, que la falta de instrucción azuza el crimen, la marginalidad acuna criminales. El mundo acotejado y dividido entre políticos infames y ciudadanía pura y desinteresada. Solo aquellos acunan la maldad, los otros, atesoran las virtudes y la razón. Sus infracciones son travesuras y cuentan, para exorcizarlas, con la convincente retórica de la impunidad mediática. Rezan delante de altares inexpugnables construidos con mentiras. Y así, tranquilos, construyen su galería de héroes y villanos, de corruptos e impolutos, de estupradores convertidos en buenos padres de familia, de acosadores y asesinos, reconocidos como jefes ejemplares, como maestros virtuosos. Agiotistas, miserables extorsionadores, transformados en prototipo de honorabilidad, aupados por la connivencia que exculpa, pontifica y vocifera.
El Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas- PACAM- desafía estamentos con el resultado de un estudio. Su creación, en el año 2003, provocó a sectores radicales que apostaron al fracaso de la iniciativa. El perfil de sus fundadoras alejaba del estereotipo feminista. Desde las gradas, esperaban para la rechifla, no para el aplauso. El trabajo constante, la convicción que anima a ese equipo estelar, presidido por Soraya Lara Caba, ha logrado, 14 años después, excelencia. Podrían alardear, exhibiendo aciertos, pero carecen de narcisismo o vanidad. Son las beneficiarias y los beneficiarios que por doquier difunden el éxito alcanzado. Sus programas educativos abarcan servidores del sistema de salud, jueces, fiscales. Cientos de mujeres maltratadas reciben asistencia y logran recuperación física y sicológica. La atención incluye familiares de las agraviadas. La perspectiva y el empeño del PACAM trasciende paradigmas. Sin estridencia, sus fundadoras se atrevieron a decir que crearon el Patronato para ayudar a las mujeres sin recursos, empobrecidas y el espacio ha sido desbordado por mujeres profesionales, de origen y pertenencia a sectores privilegiados. Boquiabiertos, algunos prefieren ignorar la evidencia y continuar con el abc que tranquiliza. El de los antónimos. Maltrata el otro, no nosotros. Ahora, la institución comparte el resultado de su investigación más reciente. La publicación apareció en algunos periódicos el día del Amor y la Amistad. La contundencia del dato no pudo competir con los corazoncitos rojos del día. La revelación, ratifica la percepción denegada. Fue divulgada en una actividad organizada por la Fundación Institucionalidad y Justicia, para analizar los aspectos jurídicos de los asesinatos y homicidios cuyas víctimas son mujeres. Las cifras del PACAM confirman, también develan y exponen las miserias que se empeñan en ocultar. Siempre será más confortable solidarizarse con la quimera, gritar y sumarse a una consigna que no nos compromete. La investigación comenzó en el 2009 y concluyó en el 2017, la muestra es de 718 mujeres. El 60%tiene grado y post grado universitario. El 12% declara que ha recibido amenaza de muerte, hubo intento de ahorcamiento contra el 21.6 %. Tímpanos rotos, desprendimiento de retina, golpes, heridas. Horror cotidianocon glamour, silencio, sin denuncia. Conviene postergar los modelos importados y subvencionados para convocar protestas esporádicas, insulsas y a veces ridículas. Procede enfrentar la realidad nuestra y buscar opciones “hechas aquí”. Y también reiterar el reconocimiento reverente que merece el PACAM.

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