La venta de ron en el mercado local ha caído en un 13% en el último año, debido a que las empresas licoreras han tenido que traspasar al producto las cargas impositivas que rondan un 65% del precio total del costo de producción, según afirmaron Vinicio Subero y César Gómez, directores comercial y financiero de Ron Barceló.
Subero calificó esa situación como una barbaridad, y destacó que solamente esa empresa tributa al Gobierno RD$1,500 millones al año.
Gómez explicó que los impuestos han aumentado paulatinamente a partir del año 2012, cuando el Gobierno dispuso una reforma tributaria mediante la cual se incrementa el impuesto Selectivo al Consumo.
“Y este año se modificó la fórmula de cálculo del impuesto Ad-valoren, esa carga tributaria va directamente al precio y al mercado.
“Por poner de ejemplo el alcohol, más del 65% del valor total son impuestos, y el 35% es el producto como tal”, explicó Gómez en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio.
De igual modo expresó que esos impuestos son locales, porque cuando el producto sale al extranjero solo se pagan los impuestos corporativos por compañía.
Asimismo expresó que, en comparación con otros países de América Latina, República Dominicana es donde más impuestos se pagan en el sector licorero.
dijo que en el país se pagan en impuestos alrededor de 15 dólares por cada litro de alcohol, y en otros países de la región por ese mismo concepto se tributa entre 9 y 12 dólares.
“Todo eso afecta directamente a un producto de consumo masivo”, refirió.
Si embargo Subero explicó que la reducción de la venta de alcohol en el mercado interno no solo es causada por el precio, sino que también se relaciona con una proliferación de bebidas que se ofrecen y a las tendencias que están de moda.
“Ahora mismo está la parte de la moderación y de la vida saludable, mucha gente está considerando consumir menos y con mayor calidad.
“Entonces definitivamente eso afecta la parte de volumen, aunque esto nos va a llevar a las empresas locales a enfocarnos en una mejor calidad del producto que vaya acorde con las nuevas tendencias del consumidor”.
En cuanto a la producción anual de la empresa Ron Barceló Subero destacó que en 2017 fue de 2.2 millones de cajas, una cifra extraordinaria tomando en cuenta que en 2002 fue de 175,000 cajas.
De esa producción el 35% va dirigida al mercado local y un 65% para la exportación, dijo Subero.
El contrabando. El tráfico de bebidas alcohólicas afecta al sector licorero del país, expresó Subero en el encuentro al destacar que ese sector trabaja de la mano con las agencias gubernamentales que están enfrentando esa problemática.
“Nosotros estamos muy orgullosos del trabajo que están haciendo, estamos trabajando de la mano con la Dirección General de Aduanas y con la Procuraduría General de la República, entidades que están persiguiendo esos focos de comercio desleal.
“Estamos tranquilos porque sabemos que las medidas que se están tomando van a dar frutos más contundentes en el corto plazo”, dijo Subero en el encuentro periodístico.
Sobre el mismo aspecto se refirió Gómez, quien destacó que el contrabando al que más perjudica es al Gobierno, por el tema de las recaudaciones.
“A través de la Asociación Dominicana de Productores de Ron hemos formado una mesa y apoyamos todas las acciones de la Dirección General de Impuestos Internos y de la Dirección de Aduanas. Lo que se busca es ubicar esos focos y que las autoridades hagan su proceso”, refirió.
Denominación de origen. Una de las dificultades que enfrenta la industria licorera local es la ausencia de normativas sobre la denominación de origen del ron dominicano, las cuales permitirán cuidar la imagen del producto en los mercados internacionales, y evitarán que marcas sin suficientes estándares de calidad usen el país como plataforma de negocios.
Subero explicó que “la denominación de origen lo que hace es protegernos, porque resalta la parte geográfica de un país que le entrega a un producto unas características particulares a través de los recursos naturales o de la gente.
“Pues eso es lo que tiene la República Dominicana, y de la manera tradicional en que se ha trabajado el ron, lo que nos ha permitido irnos proyectando internacionalmente con éxito”.
Al hacer esa afirmación expresó que hacen falta reglas claras que impidan que otro competidor haga uso de la ventaja de ser “ron dominicano” sin cumplir con una serie de normas que están establecidas basadas en las metodologías tradicionales.

Eduardo Galíndez, director operaciones de Ron Barceló, explicó que para que un ron tenga calidad superior -en el contexto de la denominación de origen- debe ser elaborado totalmente con productos criollos, en este caso la caña o la melaza, y debe tener un año de envejecimiento en barrica de roble.

Subero expresó que el fiel cumplimiento de ese mecanismo de elaboración del ron no coloca a todo el mundo en una misma posición, pero el asunto es que no es ron dominicano cuando se violan esas reglas de producción.
Asimismo dijo que las empresas que no se acogen a esa modalidad lo que hacen es importar alcohol y envasarlo como local.