Un punto importante en el manejo de cualquier enfermedad es el diagnóstico adecuado, mismo que permitirá un tratamiento oportuno. En este punto es bueno resaltar que las infecciones de vías urinarias no deben ser tomadas a la ligera, por lo que se debe realizar una evaluación urológica completa con el fin de localizar la génesis del padecimiento.
Se debe iniciar por una historia clínica extensa, apoyándonos en estudios de imágenes como la sonografía, tomografía axial computarizada, urografía intravenosa y cistouretrografia, además de los análisis de laboratorio principalmente hemograma, examen de orina y urocultivo. Para la correcta recolección de orina, debe usarse recipiente esterilizado (libre de microorganismos), lavado de genitales previa a la toma, descartar el inicio de salida de orina y tener las manos limpias.
El punto más importante en esta parte es identificar las infecciones complicadas que generalmente pueden poner en peligro la vida del paciente. La infecciones de riesgo o complicadas corresponden a las infecciones urinarias de vía alta como el riñón, los principales signos y síntomas son fiebre mayor a 38.5°Celsius, mal estado general, aspecto tóxico, aumento de los glóbulos blancos (células defensa) y deshidratación.
Debemos tomar en cuenta enfermedades asociadas como la diabetes mellitus, las edades extremas (niños y envejecientes) y las embarazadas, ya que en estas poblaciones el riesgo de complicaciones severas es inminente si no se realiza un diagnóstico a tiempo y se identifican las posibles causas del padecimiento.