El ‘juego perverso’ del presidente de los EEUU, Donal Trump: el fin de una era

El ‘juego perverso’ del presidente de los EEUU, Donal  Trump: el fin de una era

** FILE ** In this June 9, 2005 file photo, containers are piled up at Ningbo Port in Ningbo, China. China's June global trade surplus fell 20 percent from the same month last year as export growth slowed amid weaker global demand but the surplus with the United States and Europe grew, according to data reported Thursday, July 10, 2008. (AP Photo/Eugene Hoshiko, FILE)

Dos pilares de la economía mexicana fueron fisurados significativamente en solo un par de semanas.
Más allá de lo que ocurra con el probable sustituto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el T-MEC -si algún día avanza finalmente- el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, destruyó en pocos movimientos la certidumbre sobre el libre comercio regional, que incluye a México, en tanto dure su mandato. La confianza ganada tras décadas de intercambio comercial e integración económica, quedó muy lastimada.
Ya nada puede evitar una nueva y constante amenaza de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas, que por años gozaron el libre y constante paso hacia el norte del continente, algo que hizo sumamente competitivas a muchas industrias tanto en México como en Estados Unidos.
El golpe proveniente de la Casa Blanca se sumó a la lectura definitiva de las calificadoras sobre la base de la macroeconomía controlada por el Estado: a Pemex no le alcanza el dinero para aumentar la producción petrolera y Hacienda no tiene para darle más. La calificación crediticia del país, que con varios esfuerzos subió durante años, finalmente cayó.
México llevaba unos días asimilando haberse convertido en el principal socio comercial de Estados Unidos, luego de que China cediera terreno por su propia guerra comercial con la mayor economía del mundo, cuando Donald Trump inició informalmente su camino a la reelección de la presidencia de su país. Y al igual que su campaña anterior, los números de las encuestas no le favorecen.

Golpear a México por varios de los males de Estados Unidos le sirvió en 2016, y en 2020, usará de nuevo esa cuña en afán de detener la entrada de inmigrantes a su país.
Extraoficialmente, luce como un plan político para ganar votos. El camino es riesgoso. Trump va en contra de lo que los empresarios quieren. La Cámara de Comercio de Estados Unidos advierte públicamente que imponer aranceles a México es “la jugada incorrecta”.
Usar el comercio como herramienta de conflicto es también costoso. De acuerdo con Bloomberg, en un escenario muy negativo de aranceles de 25 por ciento de parte de Washington a todas sus importaciones chinas y mexicanas, el PIB global en 2021 caería 0.8 por ciento, equivalente a 800 mil millones de dólares.
Sin embargo, la estrategia y sus estragos parecen no importar al mandatario estadounidense.
“Estos aranceles serán pagados por las familias y los negocios americanos sin hacer nada para resolver los verdaderos problemas en la frontera”, aseveró Neil Bradley, vicepresidente ejecutivo y jefe de políticas del gremio más importante de empresarios estadounidenses.

Recién llegada este mes a la presidencia de esa organización, en sustitución de Tom Donohue, Suzanne Clark advirtió: “Hemos estado explorando todas nuestras opciones legales acerca de lo que haríamos si realmente pasan (los aranceles)”.
Más allá de que se apliquen o no los aranceles, lo que hizo Trump ya es irreparable, incluso sino se aplica un castigo inmediato a las exportaciones mexicanas, de acuerdo con Chris Krueger, director gerente de Cowen Washington Research Group, un think tank económico en la capital estadounidense.
“¿Quién quiere firmar tratados (T-MEC) solo para ser arrodillado semanas después con amenazas arbitrarias de aranceles?”, dijo en una entrevista con Bloomberg News. “Creemos que un daño real y duradero ya fue hecho en la amplia estrategia de comercio de Trump”.

El comercio total entre México y Estados Unidos ascendió a más de 575 mil millones de dólares el año pasado, aunque el impacto económico en ambos lados de la frontera es mayor al considerar la integración de las cadenas de producción y el desarrollo de varias industrias ligadas al comercio en Norteamérica.
Las amenazas de Trump tienen un alcance importante y trastocan varios sectores, desde la industria automotriz, en la que México es el principal proveedor de vehículos a Estados Unidos, hasta el comercio de carnes, granos, frutas, verduras y azúcar, que representa unos 45 mil millones de dólares en el comercio bilateral. No es casualidad que el propio partido republicano, cuyos varios de sus legisladores representan estados y condados que se benefician ampliamente del comercio con México, haya dado un golpe en la mesa y cuestionara la estrategia arancelaria del presidente.
“Lo que Trump ha hecho es convertir a Estados Unidos en un socio que no es confiable, no puedes dar nada por hecho ya en esa relación”, señaló Duncan Wood, director del Instituto México del Woodrow Wilson Center en Washington. “Las instituciones y los acuerdos como el TLCAN o el T-MEC poco significan cuando el Ejecutivo estadounidense tiene tanto poder para pasar por alto esos acuerdos”.

México, al igual que el resto del mundo, debe replantearse lo que representan los tratados comerciales y otros arreglos a los que ha llegado con su vecino del norte, pues el juego ha cambiado y cosas que se daban por hecho, como la separación de la política de los acuerdos arancelarios, simplemente no tienen el mismo peso del pasado en la presidencia de Trump, afirmó el especialista.

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