20 mandamientos para adelgazar

20 mandamientos para adelgazar

Lograr adelgazar 130 kilos en solo dos años es una tarea titánica, pero llegado un momento el cocinero David de Jorge tuvo claro que perder peso era cuestión de vida o muerte. En su libro Más de 100 recetas adelgazantes pero sabrosas (Debate) reúne las preparaciones que ha elaborado junto a su socio Martín Berasategui para perder peso sin aburrirse.

Pero más importante que las recetas, es la actitud. De Jorge, que hoy pesa la mitad de lo que pesaba, tiene claro que ya no hay vuelta atrás. “No considero que lo que hago es una dieta, tengo la sensación de que como mejor que nunca, que disfruto más que nunca con la comida. Yo quiero seguir comiendo esto toda mi vida”, ha reconocido a El Confidencial.

Desde que empezó a adelgazar ha seguido 20 mandamientos que considera esenciales y que además de ser lo primero que uno se encuentra en su nuevo recetario, lucen en letras bien grandes en una lámina que ha colocado en el estudio donde graba Robin Food. Son estos.

1. Quiérete mucho. Lo que los demás piensen de ti te la trae floja.

2. Ahora lo más urgente es no tener prisa. Tardaste en engordar, ten paciencia para adelgazar.

3. Busca la comida fresca, la tranquilidad y la alegría.

4. Aléjate de la gente tóxica, haz tu contabilidad y rodéate de los que merecen la pena. Si tu entorno es un caos, cámbialo.

5. A veces no hay respuesta en tus kilos. Acéptalo y avanza en tu objetivo de bajar peso.

6. Sonríe, hay problemas peores que el tuyo. Date un voltio por un oncológico y alucinarás en Cinemascope.

7. Eres caprichoso, sí. Pon más lonchas de jamón en el bocata y olvídate de untarle mahonesa.

8. Eres finolis, sí. Cómete la cereza del pastel y no el pastel.

9. Eres paciente, sí. Espera con más calma a que todo el mundo se sirva en la mesa.

10. Eres participativo, sí. Comentando lo rico que está todo lo que comes y bebes.

11. Eres enamoradizo, sí. Vive con más intensidad para que cualquier emoción doble tu consumo de oxígeno.

12. Desconfía de quien nunca se dio el gustazo de comportarse en la mesa como un animal. De esa forma averiguas tus límites privados y la delgada línea que separa al gourmet del zampabollos.

13. Huele los alimentos, olfatea, disfruta de la textura, del aroma. Cierra los ojos y guíate con la boca. Paladea todo con agrado. Busca tu gusto. Siente. Observa. Recuerda. En lugar de reducirte, amplía. En vez de tragar, mastica.

14. Una vez iniciado el proceso de alimentarte con sentido común, parecerá que comes por primera vez y te convertirás en una tabla rasa. Lo borras todo, no hay registros. Todo sabe increíble. No encuentras antecedentes en el archivo y decidirás si te gusta. Gozarás con todo lo que te rodea. Te divertirás como nunca comiendo.

15. Desayuna por encima de todas las cosas. Sí, D-E-S-A-Y-U-N-A. Es la mejor comida del día, la raíz que permite que tu árbol esté vivo, tenga ramas y hojas y crezca sano. No te lo saltes por nada del mundo. Come algo a media mañana, almuerza, merienda y cena temprano. Dormirás como un cartujo. Métete con un poco de hambre en la cama y experimenta la sensación gozosa de amanecer con apetito. Cambia tu rutina y tus malos hábitos y no podrás escapar de este bucle saludable.

16. Cocinar es la mejor inversión a largo plazo que podrás hacer para ti mismo y los tuyos. En cada gesto se nos va la vida. Cúrratelo para que merezca la pena.

17. Encuentra las recetas que te permitan vivir mejor.

18. Controla tu peso. No pierdas nunca el contacto con tu báscula. J-A-M-Á-S.

19. Si sumas resta. Si restas, date un premio. Ayer cené carne asada y patatas, tomé pastel. Perfecto. Mañana come ligero, fresas de postre. Esta semana bajé un kilo. ¡Eres un titán! Date el gustazo y cómete algo emocionante, el chorizo de Pamplona en bocadillo es lo más.

20. Haz ejercicio. D-E-P-O-R-T-E. Camina. Nada. Monta en bici. Pasea. Corta el césped. Poda el seto. Anda por la orilla de la playa. Haz el amor con tu pareja o con la vecina o con tu compañero de piso o, mejor, con todo el equipo de waterpolo. Saca el perro a pasear y que vuelva sacando la lengua. Pero mueve el trasero y gasta la zapatilla. Suda y sufre un poco, mamón. O mamona.

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