primitivo cadete
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Cuando se le planteó por primera vez la posibilidad de presidir la Liga de Béisbol Profesional Dominicana (Lidom), Leonardo Matos Berrido estaba completamente ajeno al quehacer.
“Ni siquiera leía las páginas deportivas de los periódicos”, confiesa.
Han transcurrido 25 años de aquella ocasión y el doctor Matos Berrido ha sido reelegido una y otras veces (13 en total) en la presidencia de la Liga, siempre bajo la misma condición que puso cuando aceptó asumir el principal cargo de la entidad que agrupa a los equipos que participan en el torneo otoño-invernal.
“La condición era, y sigue siendo, que me elijan o reelijan por consenso, de forma unánime, porque para mí no tiene ningún sentido dirigir una entidad donde sus socios o algunos de ellos no me quieran”, sostiene.
“Y al parecer, los socios de la liga se sienten bien con mi trabajo”, expone.
Cargos públicos. Matos Berrido, un abogado en ejercicio que decidió incursionar en la política, a través de la cual desempeñó importantes cargos públicos, entre ellos secretario de Estado de Educación, director general de Migración, secretario de Estado sin Cartera, presidente de Idecoop (Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo), administrador de Seguros San Rafael, gerente general del Banco Nacional de la Vivienda y la Producción, embajador en Taiwán y en Italia.
Preocupaciones y logros. Matos Berrido sostiene, sin embargo, que su llegada a la liga constituyó el inicio de una de las etapas más satisfactorias de su vida.
Tras su llegada a la Liga, Matos Berrido recuerda que su principal preocupación era la estabilidad económica de la institución, muy precaria para la época.
“Para entonces eran cinco equipos (Licey, Escogido, Aguilas, Estrellas y Azucareros) y se apoyaban mucho en un exiguo subsidio que recibían del Gobierno”, dice.
Explica que les demostró que ese subsidio era un error y que a la postre resultaba más perjudicial que beneficioso y desde entonces los conjuntos dejaron de recibir esa facilidad.
Revela que en el caso de la Lidom, esta no generaba ingresos y que para poder cumplir con sus compromisos administrativos tenía que “pedirle” a los equipos.
Fue entonces cuando se creó un sistema que le permitiera a la liga centralizar la venta de publicidad y a partir de ese momento empezó a cambiar la situación económica tanto de los equipos como de la misma liga.
“Cambiamos que para la Serie del Caribe el uniforme llevara el nombre de RD en lugar del equipo campeón, lo que facilitaba su comercialización, entre otros”, agrega.
Matos Berrido fue el principal propulsor de la creación de otra franquicia (Los Gigantes), con lo que se evitó que un equipo tuviera que descansar, restando rentabilidad al torneo.
Las dificultades también han estado presentes en estos 25 años, pero la Lidom vive hoy el mejor momento de su historia.