El gobierno pregona ostentosamente sus 6 años de gestión publicando 47 “grandes logros” difícilmente calificables como tales. Mejor hubiera sido para la democracia y al gobierno que hubiera anunciado rectificar políticas y procederes para encarar los 7 pecados capitales-insensibilidad, irrespeto/desorden, corrupción, desgano, degradación, dependencia e ineficiencia-cometidos durante esos años que estamos purgando.
1. Predomina insensibilidad en autoridades. Con tal de disponer recursos para financiar gastos clientelistas y populistas en provecho político propio, no les importa endeudarnos a un ritmo de US$12 millones/diarios, casi tres veces más rápido que la economía. Da la impresión que no les importa padecimientos de la población como la salud ofrecida con limitaciones oficiales y de actores financieros de la seguridad social.
2. Al incumplir o cumplir sus responsabilidades negligente y arbitrariamente, para traficar influencias en provecho propio, se ha llegado al irrespeto ciudadano: agentes del orden son agredidos. Ese irrespeto se expresa en incumplimiento de leyes y disposiciones como las relacionadas con administración financiera, medio ambiente, tráfico, etc.; o creando tal desorden institucional que cada organismo hace lo que le venga en gana, encuéntrense o no dentro de sus atribuciones.
3. La corrupción e impunidad imperan. Empresas siguen admitiendo haber incurrido en sobornos mientras resuena aquella pregunta del Presidente: ¿cuál corrupción?. El ministerio público prepara expedientes mal fundados selectiva y acomodaticiamente para calmar reclamos y luego negociar exclusiones; provocando que ciudadanos opten por aplicar justicia con sus propias manos.
4. La insensibilidad oficial y el desprecio de iniciativas en los que el funcionariado no participe, lleva al desgano magnificado por el populismo clientelista. Ambos factores inhiben la capacidad de emprendimiento productivo.
5. La degradación ocupa la orden del día. Funcionarios piensan o escriben con faltas ortográficas, más de ¼ de los maestros necesitan re-adiestrarse, agentes del orden víctimas de la infiltración delincuencial prefieren trabajar privadamente para no exponerse a humillaciones de la miseria y delincuencia que deben combatir.
6. La dependencia financiera del gobierno al endeudamiento nos lleva a recibir presiones contrarias a nuestras esencias: migratorias, valores morales y culturales, comerciales.
7. Sobre esto último, la balanza comercial en el TI/2018 resultó tan deficitaria como TI/2012, lo que significa que los programas para aumentar producción, exportaciones, y disminuir importaciones, como visitas sorpresa, no han tenido eficiencia satisfactoria; como tampoco para mejorar el desempleo abierto que se mantiene alrededor del 13%, mientras empleos creados ahora son más informales que formales, de peor calidad, consecuencia de una inadecuada política tributaria y de gastos dispendiosos.
En lugar de gastar millones para destacar “grandes logros”, el gobierno debió absolvernos de estos pecados para no terminar en el infierno.