Lo peor de Irma aún no ha pasado

Lo peor de Irma aún no ha pasado

El huracán Irma no nos golpeó medio a medio como anticipaban los p ronósticos iniciales, y es un alivio. Aunque su mayor poder no se adentró en territorio nacional, los daños percibidos hasta ayer eran de gran magnitud, y todavía no ha pasado lo peor, según advertencia del Centro de Operaciones de Emergencias (COE). La justificación de esta advertencia obedece a que Irma, una perturbación enorme que ha roto marcas en velocidad de vientos dentro de la categoría 5, arrastra un denso campo nuboso que arrojará fuertes precipitaciones sobre gran parte del país. Las consecuencias de las lluvias son generalmente una seria amenaza para zonas habitadas vulnerables, y de efectos destructivos para agropecuaria e infraestructura vial.
Al ponderar los efectos inmediatos y prever los que están en perspectiva por el paso de Irma, se puede llegar a la conclusión de que las autoridades hicieron lo correcto al adoptar medidas preventivas de las dimensiones de las activadas desde que la trayectoria del huracán avisaba que nos golpearía. Ahora corresponde mitigar a toda prisa el daño humano registrado hasta el momento, y aplicar la prevención en aquellas zonas no afectadas, pero en riesgo de ser abatidas por las lluvias pronosticadas. Hay que abreviar la duración de la condición de damnificados en que se encuentran miles de personas desplazadas de sus hogares y poner especial énfasis en la prevención de enfermedades.

José, fortalecido y en la ruta de Irma

En horas de la tarde de ayer, el huracán José ya había ganado la categoría 2, al alcanzar sus vientos una velocidad de 165 kilómetros por hora. Por las características de esta perturbación, el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos ha advertido que podría aumentar su intensidad en el día de hoy. José se dirige a las Antillas Menores, que fueron virtualmente peinadas por Irma, un monstruo meteorológico categoría 5 que se ha adentrado en las Antillas Mayores y va rumbo a La Florida.
Hasta ahora, José no representa amenaza alguna para el territorio nacional, aunque el hecho de que lleva una ruta similar a la de Irma se inscribe como un elemento más de preocupación en medio de la fuerte actividad ciclónica del Atlántico. Por lo visto, las inclemencias del tiempo nos mantendrán bastante ocupados.

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