Insensatez divisionista en Cataluña

Insensatez divisionista en Cataluña

Ubi Rivas.

El referéndum ilegal realizado en Cataluña el día primero de este mes decantándose por la separación e independencia de España, además de mayúscula insensatez divisionista, emite una señal equivocada y asaz estéril hacia otros confines del planeta, en relación a lo correcto que deben transitar otras instancias separatistas.
El 90% de los catalanes que optaron por la secesión, obviaron el trauma de los Balcanes al final de los años 90 del siglo anterior, que culminó con el desgajo de la Federación Yugoslava que forjó el líder Josip Broz (Tito) al concluir la II Guerra Mundial, surgiendo parches de países, Serbia, Croacia, Montenegro y, lo peor, el cuestionado Kosovo.
A veces es inevitable recurrir a las instancias de los dictadores, Tito en Yugoslavia y el generalísimo Francisco Franco, que hubiese sido imposible el desgaje de Yugoslavia y ahora la absurda temeridad de Cataluña, y el generalísimo Rafael Leónidas Trujillo, que no hubiese tolerado la peligrosa haitianización que padecemos los dominicanos hoy.
Siempre he escuchado que los asturianos proclaman que España es Asturias, y el resto es tierra conquistada, a los moros, por supuesto, y esas conquistas que forjaron una España grande, cohesionada y promisoria, origen de los ancestros latinoamericanos blancos, deben permanecer intactas indefinidamente.
La guerra de Secesión de Estados Unidos (1861-65) fue ocasionada por una disputa entre la esclavitud que sostenía el Sur agrario y la abolición de esa abominación que tremolaba el Norte industrial, nunca el desgaje de la Unión.
El ilegal referendo escenificado en Cataluña se produce porque en España no hay un gobernante como Adolfo Suárez, que con una enorme dosis de testosterona pautó la transición de la dictadura a la democracia, sino un gobernante pusilánime, y un Felipe VI, muy diferente a Alfonso XIII.
España unida siempre.

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