¿Para dónde vamos?

¿Para dónde vamos?

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En lo que parecería una comunicación telepática con el suscrito, la señora Altagracia Paulino, periodista conocida por su gestión en Pro-consumidor, hizo públicas en HOY de fecha 21 de octubre pasado algunas resumidas reflexiones de sus hijos contenidas en sendas cartas con las que coincido en absoluto y a las que solo agregaría los siguientes conceptos:
En busca de realizar sueños, muchísimos dominicanos viajaban en yolas hacia Puerto Rico; algunos se desplazaban a Venezuela o directamente a los Estados Unidos y como cuarta opción a España. Pero, para fuñir la pendejada, la deuda externa asfixió a Puerto Rico; la inmigración legal e ilegal desde otros países hacia Norteamérica agrió la piña para los dominicanos en Estados Unidos; desde hace casi dos décadas la disminución del precio del petróleo y el enfrentamiento chavista con el coloso del norte puso a los venezolanos y sus inmigrantes a pasar trabajo y en España el desempleo y repetidas crisis político-económicas afectaron negativamente las condiciones de numerosos inmigrantes dominicanos que decidieron regresar al país.
De lo anterior se deduce que, por el momento, el propósito de convertir sueños en realidades mediante la emigración hacia Puerto Rico, Venezuela, Estados Unidos y España, debería ser descartado, más aún con la tragedia natural en Puerto Rico y las nuevas políticas migratorias del nuevo Presidente estadounidense y, por lo tanto, parecería juicioso que, ante la imposibilidad de mudarnos, nos pongamos las pilas y comencemos a ordenar el hogar que tenemos, organizándonos para, primero, sacar la basura político-administrativa de los estamentos del poder o en los próximos años acostumbrarnos a vivir en un país que, de tan asqueroso nos haga vomitar.

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