Violencia de género, un largo camino para lograr detenerla

Violencia de género, un largo camino para lograr   detenerla

Cada año en la República Dominicana se registran alrededor de 70,000 denuncias de violencia intrafamiliar, sexual y de género; por cada denuncia hay diez que no se hacen, y apenas en un 30% de los casos interviene alguien para evitar situaciones de ese tipo.
El 70% de los feminicidios ocurridos en lo que va de año han sido cometidos por exparejas de las mujeres, por lo que prevalece un concepto de apego patológico en el victimario.
La mentalidad abusiva del agresor se ha construido con una serie de prejuicios que devalúan a la mujer, hasta el punto de considerar que si llora es histérica, si quiere algo es manipuladora, si se enamora es “chivirica”, y si acepta que alguien le brinde una cena entonces es “chapiadora”.
Pero si los hombres tienen esas mismas conductas no hay elementos peyorativos para descalificarlos.
Con esos datos y reflexiones el psicólogo Luis Vergés intenta describir cómo se expresa y construye la violencia contra la mujer en la sociedad dominicana, y los hilos que la atan a prejuicios y comportamientos autoritarios.
Al participar en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio destacó que para enfrentar el elevado índice de feminicidios y de violencia de género se deben aplicar políticas públicas integrales, pero sobre todo dirigidas hacia la familia y la escuela, por ser los dos ámbitos donde se modela la personalidad del individuo.
“Este problema no se debe ver como responsabilidad de un solo actor social y científico, sino que tiene una base biosicosocial y el abordaje tiene que ser integral, por lo que no debe haber un criterio reduccionista.
“Las medidas preventivas tienen que orientarse hacia la niñez y la adolescencia, porque esta construcción del pensamiento no viene de la adultez, todos estos estereotipos de género se van construyendo desde las etapas tempranas del desarrollo para socializar en la igualdad, la equidad, desmontar el sexismo, los estereotipos, porque ese es el terreno que se va abonando independientemente de las vulnerabilidades que se presentan por otro lado”.
Vergés, quien dirige el Centro de Intervención Conductual para Hombres de la Fiscalía del Distrito Nacional, explicó que al feminicidio no se llega de la noche a la mañana, sino que puede ocurrir en un lapso de seis años desde la primera vez que el hombre agrede a su pareja.
Para fortalecer ese dato expresó que, en el centro que dirige, la mayor parte de los 17,000 hombres que han recibido terapias afirmó que comenzó a agredir a su pareja en el primer año de la relación.
“Mientras más temprano comienza la violencia en una relación peor es el pronóstico para que esa violencia se detenga posteriormente”.
Una mirada social al problema. El psicólogo César Castellanos, director del Instituto Dominicano para el Estudio de la Salud Integral y la Psicología Aplicada, centra su análisis sobre la violencia de género en factores que se vinculan directamente con las inequidades sociales.
Su punto de partida son los índices de violencia que se registran en América Latina, donde cada 15 minutos se asesina a alguien, por lo que tiene el doble de los índices de violencia de Africa, y cinco veces más que Asia y Europa.
De las 50 ciudades más violentas en el mundo 42 están en América Latina, y con apenas el 8% de la población mundial tiene el 37% de todos los homicidios que se cometen; y ocho de los diez países más violentos están en esta zona, liderados por Honduras, Venezuela y México.
Al hacer estas observaciones refirió que no se puede analizar la violencia sin tomar en cuenta el contexto social donde se desarrolla el cerebro de los individuos que la cometen.
“El cerebro humano es construido por la experiencia que vive, incluso antes de nacer, y de hecho una de las recomendaciones para enfrentar la violencia es trabajar desde el embarazo, porque en este período podría comenzar a gestarse un delincuente.
“La violencia también tiene una arista en la economía de los países. Tendemos a pensar que en la medida que un país crece se reduce la peligrosidad, pero no es así porque solo si la economía crece de manera rápida y la desigualdad aumenta la violencia se dispara.
“Y no es un secreto que tenemos altos niveles de inequidad en nuestra sociedad, por lo que prácticamente hay dos países”.
Castellanos puso en contexto otros factores generadores de violencia: la probabilidad de que los delitos sean sancionados, la impunidad, los antecedentes familiares, la crianza, los estereotipos que se transmiten, la manera como enseña a manejar las diferencias y los conflictos.
“Todo está interconectado, no podemos analizar esto al margen del contexto cultural, social, económico y biológico.
“Tenemos que abordar el tema de la violencia desde el embarazo, porque estamos obviando que comenzamos a ser humanos desde el útero, es decir, desde el punto de vista de la maduración no nacemos listos para funcionar, esa maduración del primer año de vida es clave, porque ahí se van a articular los procesos neuronales que me van a permitir resolver conflictos, mediar con la ansiedad, si eso fracasa en el primer año de vida hay que hacer intervenciones reparatorias”.

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