Darwin Caraballo, director ejecutivo de Acción Empresarial por la Educación (Educa), consideró que uno de los principales retos del currículo por competencia es contar con herramientas e instrumentos para que el docente sepa cómo aplicarlo en el aula.
También se requiere seguir trabajando para que los perfiles de los egresados respondan a ese currículo por competencia que se diferencia de aquel tradicional de contenidos, lo que implica cambios en el rol del docente.
Apuntó que ya no es un docente que llega y dicta una clase, sino que este se convierte en facilitador, articulador y sobre todo un descubridor de talentos, por lo que se trata de una educación personalizada.
“No todos somos buenos en todas las áreas y esto rompe con el concepto de estandarización, hubo un tiempo donde se pretendía que todos los estudiantes aprendieran lo mismo”, indicó Caraballo.
Agregó que “todos los estudiantes deben alcanzar un mínimo, pero no todos deben desarrollar los mismos niveles porque no todos tienen los mismos talentos y ese es el cambio de paradigmas”.
Reconoció que esta propuesta está contenida en el currículo diseñado por el Ministerio de Educación (Minerd) y ahora se requiere llevar al aula.
Caraballo destacó que en este proceso la capacitación docente es la piedra angular y en ello está la suerte de la calidad educativa para los próximos años, tras elogiar la inversión del Minerd en este renglón, ya que actualmente asciende a 3,400 millones de pesos.
Congreso. El director ejecutivo de Educa habló al finalizar el “Congreso Internacional de Educación Aprendo 2017” que reunió por tres días a más de 1,200 educadores de todo el país y modalidades, así como también a expertos nacionales y extranjeros.
El evento, liderado por Educa, el Banco Popular y Minerd, tuvo como eje central el tema de cómo planear, gestionar y evaluar las competencias en el aula como parte de la reforma curricular que se lleva a cabo.

Entre las recomendaciones emanadas de la actividad están: que se debe proveer a los docentes de aulas con una “caja de herramientas” para que la planeación, gestión y evaluación de las competencias terminen por llegar a la educación; que los estudiantes desarrollen la lecto-escritura en todas las áreas del conocimiento, inclusive cuando se estudia matemáticas; y fortalecer el rol de las asociaciones de padres integrándolos a las actividades del centro para que los hogares y la comunidad, independientemente de su condición económica, sean lugares de aprendizaje.