“NUNCA CAMBIES” Madre de Vladimir le pide que sea humilde

“NUNCA CAMBIES”  Madre de Vladimir le pide que sea humilde

Durante 16 años en Grandes Ligas, el toletero dominicano Vladimir Guerrero siempre se mantuvo único, tranquilo y la misma persona que salió de Don Gregorio, Nizao, para destacarse en el béisbol de las Grandes Ligas.
Hoy, a las puertas del Salón de la Fama de Cooperstown, su madre Altagracia Albino tiene una petición para su vástago.
“Como madre le puedo decir que no cambie, lo formé así y estoy muy orgullosa.
Se lo he dicho siempre, que Dios exhalta a los humildes. Tengo fe en Dios que va a llegar al Salón de la Fama, los numeritos están, él va a llegar en el nombre de Jesús”, dijo Alvino en una entrevista para el programa Con Jatnna, en su segmento “Entrevista muy personal”.
El nombre de Guerrero, que se quedó fuera del Salón de la Fama en su primera oportunidad el año pasado, ha aparecido en el 94.3 por ciento de las primeras 171 boletas que se han dado a conocer.
Para el hombre que bateó .318 de por vida, las palabras de su madre son algo que comparte.
“Siempre le he dicho a los muchachos que hay que mantenerse humilde porque al final de cuentas uno no se puede llevar más que la caja cuando lo entierran.
Hay muchachos que a veces creen que están acabando y muchas veces no tienen nada”, señaló el hombre que también acumuló 449 cuadrangulares en las mayores.
Guerrero nunca tomó las cosas con calma en Grandes Ligas sino que siempre se esforzó al máximo, ya que fue algo que aprendió desde muy niño.
“Mi mamá se fue a Venezuela, teniendo yo cinco años y me dejó con mi papá y una tía, recuerdo que me levantaba muy temprano a trabajar a buscar leche en el campo, desde los 5-6 años”, dijo.

“Aprendí mucho, lo que uno tiene que valorar es hacer las cosas bien. Gracias a Dios, cuando firmé con mi primer equipo, Montreal, apliqué eso de trabajar duro para hacer las cosas bien”.

Sufrió discriminación. En sus 16 años en Grandes Ligas, Guerrero jugó para los Expos de Montreal, Angelinos de Los Angeles, Orioles de Baltimore y Rangers de Texas.
Debutó en las mayores en 1996, pero dijo que sufrió el ser discriminado.
“Existía discriminación porque uno es latino. A los americanos le daban mucho dinero y a mi me firmaron por US$2,100.
Muchas veces me trataron como que yo le estaba quitando el trabajo a otros peloteros y por eso tenía problemas con algunos gringos”, manifestó.

Y esa discriminación se suma a lo difícil que fue dejar atrás a su familia.
“La verdad es que a veces tienes que dejar tu familia, irte a un país donde se habla un idioma diferente y a veces uno ni siquiera encuentra cómo irse a su casa o qué comer”, comentó.
Y le reveló a Tavárez que en un momento, estuvo muy cerca de abandonarlo todo.
“En el 95 muchas veces pensé en dejarlo todo, pensaba en soltar el juego”, sentenció Vladimir Guerrero.

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