Algunos peces raya incuban huevos en fuentes hidrotermales

Algunos peces raya incuban huevos en fuentes hidrotermales

Algunos peces raya que habitan en aguas profundas aprovechan el calor que emiten fuentes volcánicas hidrotermales para incubar sus huevos, un comportamiento desconocido hasta ahora y que revela un estudio publicado ayer en la revista “Scientific Reports”.
El periodo de incubación de los huevos de los peces raya es uno de los más largos conocido: puede durar años, por lo que los investigadores creen que utilizan las fumarolas para acelerar el desarrollo del embrión.
Un grupo liderado por Pelayo Salinas-de-León, de la Estación Científica Charles Darwin, en las Islas Galápagos (Ecuador), utilizó un vehículo submarino operado a distancia para analizar un campo de hidrotermal situado en ese archipiélago del Pacífico.
Estudio. Los autores del estudio detectaron 157 restos de recubrimientos de huevo “del tamaño de un teléfono móvil”, de los que pudieron recoger cuatro gracias al brazo articulado del vehículo submarino, indica la revista.
Los análisis de ADN de esas muestras revelan que los huevos pertenecen a la especie de pez raya Bathyraja Spinosissima.
El equipo de investigadores señaló en su trabajo que el 58 % de los restos de huevos detectados se encontraban en un radio de 20 metros de una “fumarola negra”, el tipo de fuente hidrotermal más caliente, que emite partículas con altos niveles de sulfuros metálicos.
El 89 % de los huevos que encontró el grupo de Salinas-de-León estaban en lugares donde la temperatura del agua era superior a la media de la zona.
Ese comportamiento se había observado antes en algunos animales terrestres, que aprovechan el calor en terrenos volcánicos para incubar sus huevos.
En comparación con otras criaturas marinas, los peces rayiformes tienen una vida más larga y se desarrollan con mayor lentitud, algo que, según los investigadores, puede suponer un mayor riesgo de extinción.
El grupo argumenta en su trabajo que avanzar en la compresión del desarrollo de esos animales y las necesidades en su hábitat ayudará a mejorar las estrategias de conservación.

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