Los rostros de Jerson Jiménez

Los rostros de Jerson Jiménez

La diáspora mayor de artistas dominicanos se ubica en el continente americano, y en los Estados Unidos principalmente; luego la hay, aunque mucho menor, en Europa –básicamente en España, Francia, Alemania e Italia–.
No obstante, quien actualmente expone en la Galería Nacional de Bellas Artes vive en Austria, donde reside desde hace más de 25 años, repartiendo sus actividades entre el deporte y el arte.
Ahora bien, Jerson Jiménez, para todos una revelación, es un dominicano de pura cepa, nacido en Santiago, donde ha presentado su primera exposición individual.
Un viaje a Europa cambió su destino y él se instaló en Viena, pronto definitivamente. Participaciones frecuentes en colectivas y varias muestras individuales –prácticamente cada año–, señalan una entrega profesional a la pintura, hoy exclusiva.
Pintor singular por su lugar de residencia, lo es igualmente por una formulación muy personal y una temática inconfundible, el retrato, ¡género que conforma la totalidad de su expresión plástica!

La exposición. Ahora bien, aquí el retrato no es un cuadro encargado por un particular, esto sería ajeno a la personalidad del artista. Tampoco corresponde a la concepción que se suele tener del retrato: una semejanza con la realidad y un modelo.
En cuanto a estilo y expresividad, tampoco se sitúa entre la fidelidad y la desenvoltura, ni entre el parecido físico y una imagen socio-sicológica. Mucho menos interviene el elemento de complacencia… puesto que los modelos no existen, con excepción de tres autorretratos.
Jerson Jiménez se especializa en una tipología particular: el rostro, y nada más que el rostro… A veces ligeramente incompleto, nunca incluyendo el busto, sin embargo comunica con el espectador.
Una comunicación plural, culminando en fruición estética, brota de efigies desconocidas que nos lucen sin embargo, familiares.
Estos rostros imaginarios surgen de la capacidad inventiva y (re)creativa de su autor. Cada cara transmite fisionomía, inquietud o alegría distintas, que se enriquecen hasta un sentir múltiple, casi discrecional, cambiante aun, según el estado de humor de quien mira…
Jerson quiere expresar – él mismo lo dice– un sentimiento, compartido por él a través de su “modelo” y por el espectador… El cual, seducido, mira a este protagonista jamás visto en el mundo real.
Recordamos que el maestro Fernando Peña Defilló percibía en el retrato, “una palpitante vida interior reflejada en la superficie de cuerpos y rostros”.
Otro rasgo distintivo, tal vez el más impactante e impresionante, atractivo y atrevido, es el gran formato de las pinturas. Si califican a un retrato mayor que las dimensiones naturales del cuerpo como “heroico”, los rostros de Jerson Jiménez son, ellos, gigantes, sobrecogedores por tamaño, enfoque y tratamiento.

Expresión y técnica. La obra presente se fundamenta, pues, en el retrato anónimo e imaginario de la criatura humana, predominando jóvenes, las mujeres sobre todo y de una hermosura sin la banalidad de una ‘bonitura’ corriente. Jerson posee una elocuencia especial en su comunicación pictórica, singularizándose por el canto del color y un amplio registro de notas…. El artista nos hace disfrutar una paleta rica, generosa en gamas, tonos y matices.
Su pincelada es a la vez segura y fantasiosa: los toques revolotean aéreos y ligeros, o se asientan más afines con un contorno, según él represente a determinado personaje, femenino o masculino, desde su inspiración.
Él ha erigido en definición de una paleta propia, un cromatismo instrumentado por pinceladas que sugieren, plasman, casi esculpen la forma.
Obviamente, Jerson Jiménez ha adquirido un conocimiento profundo de la técnica, los materiales, la superficie. El neo-expresionismo define el tratamiento figurativo que, al acercarnos, se convierte en abstracción lírica, y aquellas imágenes solitarias agigantadas, elevan el arte del retrato hasta una expresión contemporánea.
Finalmente, Jerson Jiménez nos hace pensar en otra manifestación del arte y la creación. Semejante al cuentista o al novelista, su “discurso silueta” coloca y produce a distintos héroes que constituyen una verdadera galería… como si fueran capítulos de su obra pictórica.

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