El exjefe de Operaciones de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), Francisco Antonio Hiraldo Guerrero, solicitó ayer a la Suprema Corte de Justicia (SCJ) un tiempo para analizar los cargos por narcotráfico  que le formula una corte de Estados Unidos y decidir si firma  su extradición voluntaria.

En consecuencia,  la SCJ fijó para el 16 de este mes una vista preliminar en la que el excoronel Hiraldo Guerrero tomará una decisión sobre su  extradición.

Hiraldo Guerrero fue trasladado ayer al despacho de la presidenta de la Sala Penal de la SCJ, magistrada Miriam Germán Brito, a  fin de que tomara una decisión. El presidente de la DCND, mayor general Rolando Rosado Mateo,  había declarado que Hiraldo Guerrero le expresó su interés de firmar su extradición voluntaria. “Simplemente magistrados lo que quiero es ver y analizar los cargos de que se me acusa en Estados Unidos, para poder tomar una decisión, hasta el momento no he tenido la oportunidad de verlos”, expresó   Hiraldo Guerrero ante  los  jueces Germán Brito, Frank Soto y Alejandro Moscoso Segarra.

Expresó que no quiere demorar el proceso en su contra y que solo desea cumplir los requerimientos establecidos por ley. A la reunión asistió, además, la procuradora general encargada del Departamento de Extradición, Gisela Cueto; y la abogada de Estados Unidos, Analdis Alcántara.

Los jueces entregaron a Hiraldo Guerrero copia del legajo de  todos los documentos relativos a su solicitud de extradición, al tiempo que le aconsejaron consultar a un abogado.

Buscarán sus bienes.  El procurador encargado de la Unidad Antilavado, Germán Miranda Villalona, afirmó ayer que dispuso que  sus especialistas e investigadores  identifiquen  los bienes que pudiera haber acumulado Hiraldo Guerrero.

“Si están en el fondo del mar, en el fondo del mar los encontraremos”, enfatizó el funcionario, quien indicó que es parte de la política criminal del Estado que el imputado asista a su extradición con una declaración  de sus bienes. No descartó que los bienes acumulados por el oficial estén en manos de  testaferros.