Municipio de Guerra quiere que le instalen un ingenio

Municipio de Guerra quiere que le instalen un ingenio

Se llevó a cabo en San Antonio de Guerra un acto en el salón multiuso del ayuntamiento local en el que numerosos “guerrenses”, del pueblo y todas las secciones y parajes del municipio, lanzaron con entusiasmo un movimiento con el objetivo fundamental de que en el municipio sea instalado un ingenio para la molienda de la caña de azúcar.
El acto fue significativo porque reunió prácticamente a todos los estamentos que dan vida al municipio, desde los más humildes hasta los más encumbrados. Pero no solo hubo en ese acontecimiento municipal gente con intereses y residencia en el municipio: allí hubo también una importante representación de varios sectores de la vida provincial y nacional que de una forma entusiasta apoyan la iniciativa que surgió en San Antonio de Guerra hace unas cuantas semanas. La figura principal que acompañó fue su excelencia reverendísima, monseñor Jesús Castro Marte, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo, vicario apostólico para la región Norte de la Arquidiócesis y rector de la Universidad Católica Santo Domingo, nativo del municipio. Junto a él se encontraban en la mesa de honor otras personalidades: el presidente de la Federación Dominicana de Colonos Azucareros (Fedoca), Julián Peralta, el presidente de la Cámara de Comercio de la provincia Santo Domingo, Miguel Peña, el presidente de Fenatrado, Ricardo de los Santos, la presidenta del ayuntamiento local, Josefina Antonia Díaz, el presidente del Sindicato de Camioneros de Plataforma Santo Domingo, Juan Peguero Frías, la diputada por la zona, Josefa Castillo, los presidentes de las asociaciones de colonos de los desaparecidos ingenios Ozama y Boca Chica, Felipe Benítez y Carlos Puentes, y el presidente del naciente movimiento que se ha denominado “Encanto de la caña de azúcar”, Aurelio Santana.
¿Por qué las fuerzas vivas del municipio de Guerra, por encima de banderías políticas o religiosas, se han lanzado con este movimiento para tratar de conseguir que en el municipio se instale un ingenio? La respuesta es sencilla. Los nativos y habitantes de este municipio desde tiempo atrás han tenido en la producción de caña de azúcar su principal modus vivendi.
En efecto, desde los tiempos de la Colonia aquí ha habido ingenios productores de azúcar, el último de los cuales fue el de Mojarra. Luego, cuando a partir de 1872, ya bien establecida la República, hizo su aparición en el país la moderna industria azucarera, y como consecuencia surgiera el colonato productor de caña para venderla a los ingenios, el destino económico de este municipio quedó indisolublemente vinculado a la producción de caña de azúcar.
Por eso, la desaparición de la industria azucarera que en nuestra zona estaba representada por los ingenios Boca Chica y Ozama, resultó un golpe demoledor a la economía de cientos de campesinos cuya única forma de ingresos era a través del colonato. Esa desacertada medida del Gobierno puede ser revertida ahora y traer aliento a miles de personas del municipio de San Antonio de Guerra, pero también de los municipios vecinos, como San José de los Llanos, San Juan Bautista de Bayaguana y el mismo San Luis, que fuera el hogar del ingenio Ozama.
Tras una visita que a la zona hiciera el presidente Danilo Medina, en agosto de 2016, el colonato, que desde hacía muchos años estaba de capa caída, alimentó de nuevo la esperanza y tras la oferta presidencial de préstamos por medio del Banco Agrícola para revitalizar la siembra de caña de azúcar y la promesa de construir nuevos ingenios para procesarla, se volcó de nuevo a cultivar sus predios yermos. Y ahora los 434 colonos de esta zona tienen unas 75,000 tareas sembradas de caña que tienen que moler en el ingenio Porvenir de San Pedro de Macorís, que es el único que la recibe, y les queda a más de 80 kilómetros de distancia, haciendo económicamente insostenible el negocio para el colonato. El Gobierno haría muy bien en revertir a la comunidad de San Antonio de Guerra y municipios circunvecinos los daños económicos ocasionados por el cierre de Boca Chica y Ozama. Por eso, todos los sectores del municipio, es decir, los comerciantes, sindicatos, ganaderos, juntas de vecinos, iglesias, cooperativas, empresarios, y en fin, todas las fuerzas vivas apoyan el movimiento iniciado por el “Encantos de la Caña de Azúcar”.
La directiva de este movimiento que cuenta también con el apoyo irrestricto de la Federación de Colonos Azucareros, Fenatrado y la Cámara de Comercio de la Provincia Santo Domingo, entre otras organizaciones, fue juramentada por su excelencia Jesús Castro Marte, quien fue declarado padrino de la misma por el apoyo que está ofreciendo para lograr la meta anhelada. Los miembros de la directiva son: Aurelio Santana, presidente; Jesús Ferreira, Manuel Reyes, Alfredo Aquino y José Contreras, primer, segundo, tercero y cuarto vicepresidente, Venero Castillo, secretario general; Paco Peguero, tesorero; Ramona Martínez, secretaria; Orquídea Reyes, secretaria de organización; José Santana y Félix Baltasar Reyes, primer y segundo vocal.
La organización cuenta con la asesoría de: Felipe Benítez, Fidel Lantigua, Carlos Ferreira y Carlos Puentes. Los colonos de esta zona están en disposición de sembrar 250,000 tareas de caña para impulsar la economía, no solo del municipio de San Antonio de Guerra, sino de toda la zona de la provincia Santo Domingo y parte de la de Monte Plata y San Pedro de Macorís.
“Manos a la obra, señor Presidente, ayúdenos a devolver la esperanza a miles de ciudadanos que tienen en el trabajo tesonero el norte de impulsar la economía de San Antonio de Guerra”.

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