Las obras de ingeniería en parques y áreas protegidas han originado conflictos entre contratistas y el secretario de Medio Ambiente, Jaime David Fernández Mirabal, quien ha ordenado rescindir algunos contratos, por alegadas faltas de criterios de conservación o de otra índole.
Por lo menos cinco casos han sucedido durante la gestión de Fernández Mirabal, lo que evidencia falta de supervisión o definición previa de los proyectos.
Uno de estos casos sucedió en las Cuevas del Pomier, donde se rescindió el contrato para su restauración, ya que, según Ricardo Contreras, subsecretario administrativo, Fernández Mirabal no compartía lo que se estaba haciendo.
El propio Fernández señaló que en esa cueva se estaba haciendo un desastre y se inició la pintura sin que previamente se electrificara. Ahora la Secretaría asumirá la obra, dijo Contreras, y aunque no sale más económico, pero se adapta a lo que quiere el secretario y no lo que se había presupuestado.
Otro caso fue en la construcción de un parque ecológico en la zona contaminada por plomo en Paraíso de Dios, donde Fernández incluso llevó a la justicia al contratista porque taló árboles de roble y caoba de mucho tiempo y gran tamaño. Luego lo perdonó y desistió de continuar el sometimiento.
Fernández se quejó con el ingeniero porque levantó un muro para aislar el futuro parque de unas viviendas, en cuyo patio había plomo. El funcionario buscaba que los residentes fueran reubicados en tierras del Consejo Estatal del Azúcar.
Un tercer conflicto sucedió con la construcción de baños en el balneario sulfurado de Duvergé, porque son desproporcionados.
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Los Tres Ojos
Allí la queja de Fernández Mirabal fue porque se levantó una puerta de metal para accesar a unos baños que no están reparados y que luego habrá que romper.
Playa de Bayahíbe
En la playa se diseñaron unos baños con los lavamanos y los orinaderos separados uno de otros, de forma que se crean dificultades al momento de su uso.