UASD salarios y equidad

UASD salarios y equidad

La huelga que llevan a cabo 2,460 profesores y 2,031 empleados de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) por mejoras salariales y del seguro médico, ofrece la oportunidad para reflexionar sobre los recursos humanos y la equidad salarial, en esta Semana Mayor, una semana de reflexión.

En República Dominicana ha aumentado la flexibilidad salarial, sobre todo a partir de 1992 cuando se estableció en el Código Laboral que el gobierno, vía el Comité Nacional de Salarios,  solo aprobará aumentos para el caso de los salarios mínimos, dejando los demás salarios a la libre oferta y demanda.

 Esa flexibilidad, está supuesta a propiciar la competencia en el mundo del trabajo, beneficiándose las empresas al poder aplicar distintos salarios para un mismo tipo de puesto, así como las personas más preparadas, competentes y de mayor potencialidad laboral, que están supuestas a recibir un mayor salario, frente a un incompetente que ocupe el mismo puesto.

La intervención del Estado limitada a fijar y aumentar los salarios mínimos, parte de la premisa de que al aumentarlos, se empuja hacia arriba automáticamente los demás salarios.

Pero esta premisa no funciona adecuadamente por razones económicas, institucionales y morales, contribuyendo a redimensionar la gran distorsión salarial que existe en República Dominicana, tanto en el sector privado como en el sector público, incluyendo la UASD.

Por la relación costo-ganancia las empresas se resisten a aumentar los salarios, en un contexto, como el dominicano, de sobre oferta de mano de obra, producto del desempleo, que hace que la tasa salarial aumente a un ritmo mucho menor que la tasa de ganancia; luego, el bajo nivel de desarrollo organizacional, lleva a que muchas empresas no tengan escalas salariales basadas en la clasificación de puestos; por último, la razón moral descansa en la baja sensibilidad para reconocer el esfuerzo de los asalariados en el incremento del valor, material y social, en las organizaciones.

Existe, entonces, una gran discrecionalidad en la fijación de los sueldos y salarios, donde en vez de la jerarquía, capacidad, tiempo, cantidad de trabajo, resultados y la calidad, como parámetros económica y administrativamente racionales y moralmente justos, se imponen relaciones sociales basadas en el parentesco, la política, la intimidad, la amistad, la discriminación y los prejuicios, entre otros.

Estas distorsiones en nada contribuyen al incremento de la productividad económica y organizacional, pues, por un lado, no se contrata siempre a los más eficientes, y por el otro, no se estimula a los más capaces y entregados, al tratárseles con injusticia.

Si a todo esto se le agrega la no recuperación de la capacidad de compra de los salarios, que del 2003 al 2006 se ha perdido en alrededor de 40%, puesto que la inflación acumulada sobrepasa el 80%, mientras que los salarios en el sector privado aumentaron menos del 40%, en el gobierno central aumentaron en un 45%, y los de la UASD en un 51%, con el agravante para los uasdianos de que no recibieron ningún aumento salarial entre el año 1999 y el 2002, entonces, el  30% de aumento salarial que se demanda en la UASD significa recuperar relativamente el ingreso real de 2002, tomando en cuenta que hoy los patrones de consumo son más complejos.

El argumento de que los profesores de la UASD están mejor pagos que en las universidades privadas, y que por eso no deben reclamar un aumento, no resiste el menor análisis. Vale aquí la expresión, «mal de muchos, consuelo de tontos». Lo que realmente hace falta es, primero, que haya escalas salariales, y luego revisar todos los  salarios del país. Claro, el sector con más capacidad de presión y mejor dirigido recuperará primero sus ingresos reales.

En el UASD hay un sueldo base para empleados y funcionarios, pero el sueldo de los profesores es indeterminado, pues depende del número de horas de docencia que se imparta en cada semestre. El profesor no tiene un sueldo fijo, un ingreso seguro, de ahí la necesidad de que el actual sistema de contratación pase de una contratación semestral a una contratación trienal, basada en un mínimo de horas trabajadas en docencia, extensión e investigación.

Es oportuno que la opinión pública conozca que existen varias distorsiones salariales en la UASD, producto de: 1.Las compensaciones, 2. Nombramientos fuera del organigrama y la carrera administrativa, y, 3. La duplicidad de puestos. Dentro de las demandas salariales, se plantea que la UASD, como institución de ciencia, que busca la verdad, elimine esas distorsiones que perjudican los ingresos de la mayoría.

La intervención del Estado limitada a fijar y aumentar los salarios mínimos, parte de la premisa de que al aumentarlos, se empuja hacia arriba automáticamente los demás salarios.

Pero esta premisa no funciona adecuadamente por razones económicas, institucionales y morales, contribuyendo a redimensionar la gran distorsión salarial que existe en República Dominicana, tanto en el sector privado como en el sector público, incluyendo la UASD.

Las compensaciones

Las compensaciones, justificadas en algunos casos de empleados y funcionarios que se requiere su presencia más allá de la jornada laboral, se han convertido en un mecanismo para recibir un salario adicional, favoreciendo a personas relacionadas; con la gran distorsión de que cuando ocurre un aumento salarial, también se aumenta la compensación en la misma proporción.

Más de las dos terceras partes (2/3) de las compensaciones no se justifican, de donde resulta que pagándose actualmente 5.3 millones de pesos mensuales, la UASD puede ahorrarse 42 millones al año (3.5 X 12), si racionaliza las labores administrativas.

Los nuevos nombramientos hechos en esta gestión, entre los cuales están los asesores, enlaces y comisionados, ha creado una «burocracia flotante» innecesaria, con sueldos muy por encima del sueldo promedio de los profesores, que es de RD$32,000.00, representando un gasto de más de 30 millones de pesos al año. Todo esto irrita al que realmente trabaja, sobre todo al que está por debajo del promedio de los 32 mil pesos que son 1,333 profesores, un 54% del total.

La otra mala práctica administrativa, producto de las fidelidades y pactos políticos, es la de sustituir funcionarios, que no son de carrera, dejándoles el mismo cargo y el sueldo, resultando en un abultamiento de la nómina y del gasto de personal.

Debemos dejar bien establecido que las distorsiones salariales que hay en la UASD no invalidan la necesidad de un aumento salarial de 30%, pues 662 profesores reciben menos de RD$17,000.00 al mes, un total de 671 entre RD$17,000.00 y RD$34,000.00, y 834 profesores entre RD$34,000.00 y RD$50,000.00.

A esta inequidad salarial, que parte de la existencia de salarios muy bajos para los profesores universitarios  y  los empleados, se agrega el no reconocimiento a más de mil profesores que se han actualizado con  especialidades, maestrías y doctorados, viendo que su esfuerzo no ha sido reconocido. Todo esto ha hecho crecer el sedimento de la inconformidad, y de ahí el gran apoyo que ha tenido esta huelga.

Un aumento salarial con equidad demanda la proporcionalidad, donde los que ganan menos reciban  un aumento mayor, y que se excluyan las compensaciones del aumento. Este método hará que el imprescindible aporte del gobierno sea menor para  solucionar la actual crisis en que se encuentra la UASD.

Ese aporte puede ser todavía menor, en razón de que la UASD puede aportar de sus ingresos internos y racionalizando la nómina, el equivalente de un 5% a un 10% para llegar al aumento del 30%. Si el Rector se enfoca en la solución, negociando con los gremios y presentándole alternativas al Presidente de la República, la huelga terminará muy pronto.

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