Los cargos públicos y la asistencia social del Estado, que no debe ser dirigido como si perteneciera a una única bandería ni de espalda al universo de los ciudadanos, son por lo que ya se pregona llevados en adelantado proselitismo a la categoría de trofeo a ganar o a conservar en las urnas. Se apela a despertar en la supernumeraria burocracia el interés de proteger posiciones y abogar por una prolongación en los ejercicios gubernamentales votando en la estrechez de las conveniencias personales. Esgrimir la enormidad de los recursos oficiales para agenciarse voluntades es un gris presagio de la extrema desigualdad a que podría ser conducida la próxima consulta electoral. Lo ocurrido en la contienda del cuadrienio anterior, cuando más del 80% de los gastos en publicidad y en movilizar multitudes estuvo de un solo lado, tendería a repetirse si tras bruscos cambios constitucionales siguen en imperio las ventajas del poder al servicio de aspirantes a retenerlo.
En anticipación a la mera formalidad de sufragar debe institucionalizarse un abierto e igualitario debate con posibilidades materiales y de uso de la comunicación disponibles homogéneamente para los contendientes; y sin que se infunda miedo tratando de hacer creer a la gente que sería perjudicada por resultados adversos a la oferta predominante, ni procurando condicionarla mesiánicamente a votar en específica dirección sin ver más allá del estómago.
Gran riesgo ambiental
Los daños que continuamente generan residuos plásticos a los ecosistemas por todas partes, y significativamente a la biodiversidad del mar, tienen que preocupar con alarma a República Dominicana. Es hora de fijar límites graduales a esos efectos en coincidencia con otras naciones. Los pronósticos que se formulan sobre el vertido de residuos no degradables indican que el planeta es llevado a un agudo desequilibrio ambiental con destrucción de recursos imprescindibles para subsistir.
El país vive ya los consecuencias de desechar sin orden ni concierto gran cantidad de materiales plásticos y no se ha encontrado siquiera la forma saludable de dar disposición final a la basura. En ella, el plástico es el componente indestructible que en masa va a parar a ríos y litorales, tomados como cloacas con gran daño a la naturaleza .