A Margarita Cedeño

<P>A Margarita Cedeño</P>

SONIA VARGAS
Quiero comenzar este artículo con una reflexión, de lo que es la compasión y como se refleja en las personas cuando la practican constantemente.

La compasión se enfoca en descubrir a las personas, sus necesidades y padecimientos con una actitud permanente de servicio, al parecer por esta actitud constante de compasión frente a la niñez y madres solteras que ha tenido Margarita Cedeño de Fernández la ha situado número uno de 17 Dominicanos, entre ellos políticos y religiosos.

Me imagino que esos políticos de experiencia los cuales la primera dama los supera en todo el territorio nacional, deben estar un poco preocupados, y no es para menos, porque en este espacio de desesperanzas, donde siempre le hemos depositado la confianza a los hombres, es posible que el pueblo dominicano esté pensando, de que es hora de que vayamos pensando en una alternativa diferente.

En este momento donde todos andan en campaña hay una mujer que no está aspirando a posición alguna y es la de mejor imagen y aceptación en la percepción de los dominicanos.

Su única aspiración en estos momentos es trabajar por esa parte tan frágil de la sociedad que es la niñez desprotegida, esas madres solteras, que tienen que luchar solas por sus hijos asumiendo la irresponsabilidad que caracteriza al hombre en sus obligaciones .

Solo mostrando, compadecerse de compartir y participar de los tropiezos, materiales, personales y espirituales que aquejan a los demás con el interés y la decisión de emprender acciones que les faciliten y ayuden a superar condiciones adversas.

La indiferencia que vemos en los seres humanos los hace cada día situarse más lejos, no solo de una encuesta.

La sociedad clama por personas que tengan compasión de los problemas que los aquejan, un clamor con dolor, de que hay alguien que no ha sido indiferente y en estos momentos está cultivando, y le están demostrando el cariño que le tiene el país.

La sonrisa que le ha devuelto a esos niños y dolor que le ha quitado a una madre, ¡adelante va la Margarita que ese jardín de desprotegidos la espera!

Por otro lado es tan enriquecedora la compasión, va mas allá de los acontecimientos y las circunstancias, se enfoca en descubrir a las personas sus necesidades y padecimientos con una actitud permanente de servicio, ayuda asistencia, haciendo a un lado el inútil sentimiento de lastima, la indolencia y el egoísmo.

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