Hace hoy un año que el país acudió a las urnas para unas elecciones complejas por sus innovaciones y porque se consumarían con déficit de normativas jurídicas muy relevantes, como una Ley Electoral adecuada al mandato de la Constitución de 2010, y una ley para regular a los partidos políticos, que fueron consagrados, por primera vez, en esa misma Constitución. A un año de esos comicios, y a tres años de los de 2020, la aprobación de ambas leyes sigue siendo tarea pendiente.
Hasta esas elecciones, la capacidad de maniobra de los partidos siguió poniendo sus ambiciones por encima de las prioridades institucionales. Por una de esas maniobras, los legisladores y autoridades municipales elegidas en las elecciones de 2010 agotaron un período de seis años, en vez de los cuatro para los que habían sido escogidos. Todavía está por verse si las necesidades institucionales serán atendidas antes que los intereses partidarios.
Aparte de que los partidos usaron su hegemonía para acomodar las cosas en beneficio de sus intereses, el sistema electoral fue puesto a prueba por fallas tecnológicas que entorpecieron el escrutinio de los votos. Parecería que falta mucho para las próximas elecciones, pero a pesar de nuestro dilatado ejercicio democrático, seguimos arrastrando viejos vicios que deberíamos eliminar de una vez por todas.

Morosidad injustificable

Mientras el Gobierno central ha estructurado todo un programa de atención a las micro, pequeñas y medianas empresas, los suplidores del alimento escolar se descapitalizan porque el Estado les retiene pagos desde octubre de 2016. No hay un argumento que pueda justificar esa actitud que atenta contra la propia política oficial. Por más que las autoridades aleguen que la falta de pago se debe a incumplimiento de papeleos de parte de las empresas suplidoras, si estas cumplieron su compromiso de suministrar los alimentos hay que pagarles.
Todas las dependencias del Gobierno deben actuar en consonancia con la política oficial de incentivo y protección a las mipyme. Pagarles a tiempo es una forma de ayudarlas a crecer y mantenerse. El pago puntual del alimento escolar es una forma de ayudar.