El candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader, afirmó ayer que “el fenómeno de la intervención y del constreñimiento económico que el Gobierno ejerce sobre los medios” ha provocado que cada vez sean menos las voces críticas e independientes en los medios de comunicación tradicionales.

Al exponer ante la 71 Reunión de medio término de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), dijo que a eso se suma la dificultad del acceso a la información pública que se percibe como “de muy mal augurio” para la democracia dominicana.

A juicio de Abinader, el control al que alude fue el que se expresó el pasado viernes cuando a última hora se prohibió la difusión en dos canales de televisión de un documental de diez minutos elaborado por el PRM, “en el que se presentan datos conocidos y verdades incómodas sobre las cuales el Gobierno y el presidente candidato han rehusado hablar”, señaló.

Agregó que el documental presenta a la opinión pública hechos reales, no inventados, con el propósito de edificar a los electores sobre quiénes les mienten y quiénes tienen un compromiso real con los cambios y el progreso del país. Abinader reconoció que si bien los riesgos y amenazas contra la libertad de prensa ya no tienen las mismas características del pasado, en la actualidad existen mecanismos más sofisticados, pero no menos perversos, para condicionar la libre expresión del pensamiento.

Consideró que estas amenazas a la libertad de expresión provienen muchas veces desde gobiernos formalmente democráticos que no resisten la tentación de usar el poder coercitivo o económico para monopolizar el derecho a la información y excluir del debate público las opiniones críticas o posiciones disidentes. “Ustedes conocen mejor que quien les habla las diversas modalidades de control de la prensa y los espacios de opinión por parte de los gobiernos con el fin de crear percepciones, que aunque alejadas de la realidad, sirven a sus intereses políticos”, subrayó.

Abinader agradeció a los periodistas Rafael Molina Morillo y Miguel Franjul “que se hayan ocupado de llamar la atención sobre las implicaciones de lo que constituye un típico acto de censura previa”, insistió.