Miami. EFE. Activistas y defensores de los inmigrantes expresaron ayer su preocupación por la incertidumbre judicial que rodea las acciones ejecutivas del presidente Barack Obama, pendientes de un tribunal de Nueva Orleans tras la demanda interpuesta por 26 gobernadores.

La presidenta de la organización “Fraternidad Americana”, Nora Sándigo, reconoció que la batalla legal no será fácil, sino “dura, compleja y cuesta arriba”, a juzgar por lo vivido el viernes pasado en el Tribunal de Apelaciones de Nueva Orleans (Luisiana). “No es tan fácil como pensábamos. La comunidad estaba muy agradecida y feliz con la acción de Obama, y ahora quieren quitarnos todo. Esto ha caído como un jarro de agua fría” sobre los inmigrantes, aseguró.

De los tres jueces que componen el tribunal, dos han sido nominados por republicanos y uno por el presidente Obama, cuyo Gobierno pidió al tribunal el viernes que elimine la medida cautelar dictada en febrero por el juez federal de Texas Andrew Hanen. Este magistrado paralizó la acción ejecutiva de Obama apenas unas horas antes de la apertura de solicitudes para el alivio migratorio, dejando de nuevo en el aire el futuro de cerca de 5 millones de indocumentados.

Tras asistir el viernes a la sesión judicial en Nueva Orleans, Nora Sándigo lamentó haber detectado en el discurso de varios políticos estadounidenses un “desprecio, desconsideración y falta de humanidad” con los inmigrantes que resulta “carente de toda sensibilidad y compasión”.

Criticó además la “arrogancia” y “hostilidad” que se palpa en los comentarios de algunos legisladores y una parte de la población cuando se habla de los inmigrantes hispanos.