ADICCIÓN AL SEXO

ADICCIÓN AL SEXO

La adicción al sexo es un hecho cada vez más frecuente en la sociedad moderna. No es una simple moda, sino el reflejo de la facilidad con la que se tiene acceso a gran diversidad de contenido erótico, porque desde la publicidad hasta las redes sociales promueven el deseo sexual desenfrenado como símbolo de bienestar y así acaba llegando la adicción al sexo.
Según un estudio publicado por el Colegio de Psicólogos de Madrid titulado “Adicción al sexo, un riesgo latente en una sociedad del deseo”, es muy fácil volverse adicto, pues representa placer y genera una reducción importante de la ansiedad, la cual puede ser reflejo de una educación sexual enfocada hacia lo negativo.
“Mucha gente crece con una inadecuada educación sexual y cuando se inicia en el sexo, mezcla su ansiedad con el tabú. A eso se le suma que la publicidad y los medios de comunicación utilizan la sensualidad como gancho para atraer audiencia y que, gracias al Internet, se tiene acceso inmediato a la pornografía: La sociedad en la que vivimos fabrica muchos deseos con la publicidad o los medios de comunicación”, refleja la investigación publicada por la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La doctora Ana Simó, terapeuta familiar y de pareja, sexóloga y directora del Centro Vida y Familia, explica que en la adicción existe compulsión ante el encuentro sexual, es decir, la persona no controla el impulso de tener sexo, o cualquier tipo de actividad que implique un contacto sexual, lo cual puede ser tan frecuente como varias veces al día.
“Uno de los síntomas que el paciente externa es que desean disminuir esta libido pues muchas veces los desenfoca del trabajo, vida familiar y es como si lo único que les produce tranquilidad es la actividad sexual, hasta te hablan del alto consumo económico que implica vivir así”, dice.
Simó resalta que se estudian los motivos por los que puede ocurrir dicho trastorno, “pero encontramos en consulta a personas con altos niveles de ansiedad, algún problema orgánico, trastorno de personalidad de fondo como el trastorno limite de la personalidad así como también he visto casos de personas que han sido abusadas sexualmente en su niñez”.
¿Cómo diagnosticar a un adicto al sexo? Para diagnosticar es necesario la evaluación psicoterapéutica pues muchos se hacen llamar adictos por quizás practicar la masturbación continua, pero se requiere mas que esto, pues hablamos de una impulsividad donde el individuo siente que no puede controlar el impulso de la práctica sexual, ya sea de auto estimulación o un encuentro con personas desconocidas con las que no tiene ningún tipo de relación, asegura la terapeuta.
Según explica la psicoterapeuta, llegar al punto de pedir ayuda varía en cada caso, pues depende de la carga moral que tenga, así como de cuán dañada se haya visto su rutina. Puesto que muchos llegan cuando ya les impide vivir, cuando han perdido el trabajo por estar más pendientes de sus costumbres sexuales o cuando la pareja se ha dado cuenta de ellas y los han dejado o han amenazado con dejarlos”, señala.
“Uno de los factores que más se repite es el poco interés que muestra ante actividades que serían normales de su día a día, existe un descuido de lo que serían las prioridades, hasta llegan aislarse para poder practicar los contactos sexuales”.
¿Esta adición es peligrosa? Toda adicción es peligrosa, existe estancamiento en muchas áreas como la social, laboral además de las complicaciones en la salud pues la transmisión de una enfermedad sexual es muy común en estos pacientes, advierte la doctora Simó.
¿Cómo se trata o se controla? Es necesario la psicoterapia y en muchas ocasiones se requiere del tratamiento de un psiquiatra.
La psicoterapia consiste en tratar al adicto de manera individual para detener las conductas, controlar los impulsos y cambiar los hábitos. A diferencia de otras adicciones, en ésta no se le puede alejar por completo al enfermo, pues tiene que aprender a disfrutar de su sexualidad de manera sana y sin sucumbir a sus conductas compulsivas.

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