Adiós, Emilio Cordero, maestro entrañable

Adiós, Emilio Cordero, maestro entrañable

Acaba de irse y ya lo extrañamos. Nos dejó su lección de vida. De sabio maestro, humilde y generoso. De patriota decoroso y cabal. De luchador incansable y solidario. De amigo cercano y prudente consejero. De hombre completo.
Es imposible abarcar en pocas líneas la trayectoria humana, política y científica, de quien fue por más de cincuenta años maestro ejemplar e historiador consagrado al desarrollo de la ciencia de la historia y de la conciencia histórica de la juventud dominicana, tarea en la que estuvo aferrado hasta su último aliento. Una voluntad sin par que, como en todo lo suyo, iba pareja con su decidida vocación de búsqueda de la verdad.
Emilio Cordero Michel nació en Santo Domingo, Distrito Nacional, en 1929. Obtuvo el título de Doctor en Derecho por la Universidad de Santo Domingo (hoy Universidad Autónoma de Santo Domingo) en 1952. Además, en los Estados Unidos de América realizó estudios de Economía y Sociología en el Hunter College de la City Universityof New York. Formó parte del Movimiento Renovador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Dirigió el Colegio Universitario, el Centro Electrónico de Cómputos, miembro fundador del Instituto de Historia de dicha Universidad. Realizó una ingente labor editorial al frente de la Editora Universitaria, de la que fue su fundador.
Por su labor magisterial fue reconocido como Profesor Emérito de su Alma Máter, donde lo fue en la Escuela de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales y en la Escuela de Historia y Antropología de la Facultad de Humanidades a lo largo de más de tres décadas. Además, fue docente en cursos de postgrado del Instituto Tecnológico de Santo Domingo, INTEC, de la Universidad Católica Santo Domingo y de la Universidad APEC. También fue profesor invitado en academias de América Latina y el Caribe. Presidió el Consejo Académico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, Programa República Dominicana, y fue miembro correspondiente del Instituto Dominicano de Genealogía.
Cofundador y miembro del Consejo Editorial de la revista Ecos, órgano del Instituto de Historia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo; a través de cuyas páginas dio a conocer múltiples trabajos suyos. Desde 1993, para llenar un vacío que dificultaba la labor académica, inició la publicación de la serie “Últimas publicaciones de historia dominicana”. Esta recopilación, fruto de una labor tenaz y minuciosa, se continuó publicando en la revista Clío de manera ininterrumpida hasta el primer semestre de 2018. Asimismo, fue miembro de número de la Academia Dominicana de la Historia, vicepresidente (2004-2007) y presidente de su Junta Directiva (2007-2010). Desde 2002 se hizo cargo de la edición de la revista Clío, órgano de dicha Academia, la que puso al día y la mantuvo hasta el presente.
Como investigador su labor abarca el campo histórico dominicano y caribeño, la cual quedó plasmada en sus cátedras y en decenas de estudios monográficos, publicados en el país y en el extranjero en forma de libros y artículos. Entre sus publicaciones sobresalen: La Revolución Haitiana y Santo Domingo, que vio la luz en 1968, y otras tres ediciones posteriores en las que ha incluido correcciones y ampliaciones; esta obra fue pionera en el resurgimiento de los estudios históricos dominicanos y de sus relaciones con la nación vecina desde la época colonial. Asimismo, destacan los títulos: Movimientos sociales y políticos durante la Era de Trujillo (1987), Gregorio Luperón y Haití (1993), Antonio Maceo: El titán de bronce (1996), La ciudad de Santo Domingo en las crónicas históricas (1998), Máximo Gómez. A cien años de su fallecimiento (2005), La primera abolición de la esclavitud en Santo Domingo (2006), Schomburgk y Samaná (2006), El primer intento independentista dominicano y la reincorporación a España, 1808-1810 (2009), Máximo Gómez y el antillanismo (2010); Dictadura y revolución en el Caribe: Las expediciones de Junio de 1959 (2009), en colaboración con José Abreu Cardet, y Repensar la independencia de América Latina desde el Caribe (2009), coordinado conjuntamente con Sergio Guerra Vilaboy. En 2015 el Archivo General de la Nación dedicó en su honor la II Feria del Libro de Historia Dominicana y publicó tres tomos con sus Obras Escogidas.
Su compromiso político se hizo patente desde joven, por su oposición a la tiranía de Trujillo. Ajusticiado el tirano formó parte del Movimiento Revolucionario 14 de Junio y, más tarde, se desempeñó como secretario político en el alzamiento armado protagonizado por dicho Movimiento en protesta contra el golpe de Estado que derrocó al primer gobierno libremente elegido tras la dictadura. Crítico y autocrítico como pensador de izquierda, trabajó por la justicia social y por una política nacional soberana y antiimperialista, progresista y solidaria con las clases oprimidas.
Ciudadano fuera de serie, mantuvo siempre el don de gentes que lo caracterizó, caballeroso, afable y sencillo, bravo y recio cuando protestaba contra discriminaciones, abusos y atropellos. Y supo poner en todo lo que hizo un auténtico y profundo sentido humano. Adiós, maestro entrañable.

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