Para finales de este mes de septiembre culmina la misión diplomática del embajador de Israel Bahij Mansour en suelo dominicano. Y después de dos años no solo de arduo trabajo sino también de gratas relaciones de fraternidad, responsables de la Cámara de Comercio Domínico-Israelí decidieron realizar una elegante recepción de despedida en honor al diplomático y su familia.
A la vista, la nostalgia enmarcó el ambiente en los espacios del Santo Domingo Country Club donde con cálidas sonrisas, diplomáticos, empresarios, militares, amigos y miembros de la comunidad judía compartieron con Mansour, atesorando más recuerdos de su presencia.
Las notas del merengue movieron alegremente el momento cuando un cuerpo de baile animó a los asistentes y en especial a la familia Mansour, brindándoles literalmente un trozo de alegría de nuestra amada cultura que felizmente llevarán en sus corazones.
La junta directiva de la Cámara de Comercio, presidida por ingeniero Leo Pérez Minaya, asistió en pleno. En unas breves palabras, Minaya recordó a los invitados que fue bajo la inspiración y apoyo del embajador Mansour que se logró activar la cámara a plenitud.
Ya en el escenario y sintiéndose acompañado por la presencia de algunos embajadores y el nuncio apostólico de Su Santidad, monseñor Jude Thanddeus Okolo, el agasajado agradeció el apoyo brindado durante su labor diplomática y destacó el avance de relaciones e intercambio logrado en estos dos años entre Israel y la República Dominicana en los ámbitos académico, cultural y político, entre los que mencionó la visita del profesor israelí Aaron Ciechanover, ganador del Premio Nobel de Química en 2004.
Luego de sus palabras los invitados pasaron una agradable noche deseándole lo mejor al diplomático mientras disfrutaban de cocteles y la presentación de la flautista dominicana Laura Canelo Cohén.