AFS: cien años acercando culturas

AFS: cien años acercando culturas

Lo que empezó como una red de voluntarios corriendo en ambulancias a socorrer a los heridos del período de entreguerras más cruel de la humanidad, ha evolucionado hasta convertirse en uno de las organizaciones de intercambios culturales más exitosas en todo el mundo.

¿Qué es AFS? American Field Association (AFS) es una organización educativa internacional sin fines de lucro que realiza programas de intercambios culturales a nivel global. Su piedra angular es su sistema de voluntariado, una red mediante la cual los estudiantes y participantes del programa son hospedados por una familia anfitriona que les provee de todo lo necesario mediante su estadía en el país que hayan elegido, sin recibir ninguna remuneración económica a cambio, excepto la satisfacción de abrir las puertas de su hogar y su cultura a los jóvenes participantes del programa. Generalmente los padres que han enviado a sus hijos a participar de estos programas terminan enrolados en el voluntariado y ayudando a otros jóvenes a tener lo que a ellos les gusta llamar “la experiencia AFS”.

“Yo participé en el programa y eso nos ha motivado a permanecer como voluntarios de AFS ayudando también a que otras personas vivan la experiencia del intercambio”, cuenta el director ejecutivo de AFS República Dominicana y Puerto Rico, Pablo Viñas.

Su programa de mayor empuje es el “Programa escolar” para jóvenes entre 15 a 18 años, que tiene una duración de 10 meses. En este programa los participantes cursan un año escolar en un centro educativo del país que hayan elegido. Por lo general no dominan el idioma que hablan allí, por lo que es todo un reto, pero también una experiencia enriquecedora, en la que no solo aprenden una nueva cultura y con ella, un nuevo idioma, sino que construyen lazos duraderos con la familia anfitriona.

Los estudiantes dominicanos se dirigen la mayoría de las veces a países europeos donde las diferencias culturales son muy marcadas mientras que a nuestra nación llegan mayormente estudiantes tailandeses, con 12 a 15 en promedio cada año, nos cuenta Noris Peña, presidenta del Comité de voluntarios de Santo Domingo.

“Sin los voluntarios no pudieran existir los intercambios”, añade Peña, la cual junto a Ulises Bloom, miembro honorífico de la Junta directiva y voluntario por muchos años dentro de la institución, expresó su deseo de que más familias se motiven a ser anfitriones de los jóvenes que vienen a República Dominicana y así ayudar a formar “ciudadanos del mundo”.

Jóvenes como Alexa Vargas, Carla Bobadilla o Richard Monge (Alemania y Suiza) coinciden en que partipar del programa fue una “experiencia de crecimiento personal”, que les ayudó a ser más independientes y a descubrir lo que realmente querían ser en un futuro. Imagine a un joven de Islandia en una escuela de la capital inmersa en la cultura local, aprendiendo español y apreciar el sabor del mangú, mientras que una estudiante dominicana en Filipinas se debate entre el bisaya y el tagalo. Es lo que AFS hace posible.

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