De los Servicios de Hoy. Las distintas agencias supervisoras de Estados Unidos que implementan el marco regulatorio para cazar a los bancos que deciden desarrollar operaciones de lavado de dinero y blanqueo de capital se han embolsado hasta ahora más de 10,000 millones de dólares en reprimendas por estas malas prácticas pero algunos legisladores critican que ninguno de los individuos implicados en estas actividades haya acabado en prisión.
«El Gobierno de Estados Unidos se toma muy en serio el lavado de dinero», explicaba la senadora demócrata Elizabeth Warren durante una vista en el Comité Bancario del Senado sobre este asunto en 2013. «Además de multas monetarias, se pueden cerrar las operaciones de un banco que se haya visto envuelto en este tipo de actividades mientras sus empleados pueden ir a prisión», puso de manifiesto. Sin embargo, cuando el británico HSBC acordó pagar 1.900 millones de dólares en julio de 2012 para poner fin a las acusaciones de lavado de dinero de varios cárteles de droga colombianos y mexicanos que pesaban sobre la entidad, ningún individuo fue a la cárcel ni ninguno de los negocios de la entidad fue forzado a echar el cierre.
Dicho esto, dos años más tarde, cuando el banco francés BNP Paribas asumió cargos criminales por ayudar a sus clientes a blanquear capitales, desobedeciendo así las sanciones que pesan sobre Irán, Sudán y otros países non gratos para EEUU, la compañía pagó casi US$9.000 millones.