¿Agoniza el hipismo dominicano?

¿Agoniza el hipismo dominicano?

El hipismo en la  República Dominicana tuvo  un auge relevante en las décadas de los años 1960-1970, época en que las carreras de caballos se escenificaban en “el viejo y querido Perla”: Hipódromo Perla Antillana, ubicado en los terrenos que hoy ocupan los hospitales del complejo  “Plaza de la Salud”, entre las avenidas San Martín, José Ortega y Gasset, calle Pepillo Salcedo y avenida San Cristóbal.

Fue la etapa en que se destacaron equinos de carreras como Felo Flores, Black Rock, Tipo Tanque, Quilquilco, Sermón, Paloma, Pedrito, Joscar, Deborah, Morrison, Guillermo M, Flory, entre otros.

Aunque el monto del pool no era muy alto, en esos días era de RD$23,000.00, por ejemplo, sin embargo, fue un tiempo muy emocionnantte del deporte-juego de las carreras de caballos.

Fue el destape, diríamos nosotros, ya que mucha gente se entusiasmó con las carreras  que escenificaban Felo Flores y Black Rock, que siempre le llegaba segundo y en ocasiones éste último le ganó a Felo Flores, que se convirtió en un ídolo de la fanaticada.

Después de ese auge, surgió la necesidad de sacar al “viejo y querido Perla” del centro de la ciudad de Santo Domingo, inaugurándose en 1995 el Hipódromo Quinto Centenario, levantado en el kilómetro 14 de la autopista Las Américas, próximo al aeropuerto internacional José Francisco Peña Gómez.

Esta nueva etapa del hispismo dominicano trajo consigo las apuestas desde Santo Domingo a las carreras del Hipódromo El Nuevo Comandante, hoy Camarero de la vecina isla de Puerto Rico.

Comentaristas hípicos dominicanos sostienen que las carreras de Puerto Rico mantienen con vida al agonizante hipismo dominicano, pero hace unas cuantas semanas han surgido inconvenientes entre las autoridades hípicas dominicanas y boricuas, lo que ocasionó un rompimiento del acuerdo que existía entre ambos hipódromos.

Varias ocurrencias han originado que muchos hípicos dominicanos vengan perdiendo el interés por el deporte-juego de las carreras de caballos.

Programas mal confeccionados por la poca cantidad de caballos por carrera; bajos dividendos en el pago del pool, venta de los programas; pocos incentivos para el público apostador, así como carencia en las informaciones, ya que los dividendos de las carreras del día anterior no salen en los periódicos, son algunas de las quejas que se escuchan de parte de los fanáticos hípicos. Y parece que las relaciones públicas del Quinto Centenario están my flojas.

Todo lo reflejado aquí, más otras acontecimientos, hacen ver como que asistimos al sepelio del hipismo en la República Dominicana. 

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