Agradecimiento al Instituto Duartiano

Agradecimiento al Instituto Duartiano

El pasado lunes 16, en ocasión del 180 aniversario de la fundación de la Sociedad Secreta La Trinitaria por Juan Pablo Duarte y su grupo de ocho amigos en una casa ubicada en el frente a la iglesia del Carmen, el Instituto Duartiano celebró su tradicional Desayuno por la Patria y en la ocasión reconoció a dos personalidades por sus méritos en pro de conocimiento másfondo de lavida y de las actividades de nuestropatricio.

Me tocó, juntoa don Pepín Corripio, recibir las distinciones delaocasión por distintos méritos para enaltecer la labor de Juan Pablo Duarte para lacreación de la República Dominicana. Acontinuación me voy apermitir reproducir las palabras que pronuncié enlaocasión de concederme tan honrosa distinción para mí y mifamilia.
Quiero iniciar estas palabras de agradecimiento con uno de los mensajes del patricio Juan Pablo Duarte que dice: “Sed justos lo primero si queréis ser felices. Ese el primer deber del hombre, sed unidos así apagareis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos y la Patria será libre y salva”. Fin de la cita.
Y es que esa sentencia encierra un mensaje que cada dominicano, o cualquier ser humano, debería tenerlo como una norma de vida para ser ciudadanos responsables y dispuestos a ofrecer sus mejores calificaciones para que hombro con hombro, con los demás dominicanos sensatos,hagamos de nuestro suelo patrio lo que el Padre de la Patria anhelaba y por lo cual luchó. Y hasta vino en una arriesgada aventura para rescatar la Patria del yugo español en 1864,pero sus compatriotas de la ocasión lo menospreciaron.
Los directivos del Instituto Duartiano me han concedido una gran distinción, la cual me enorgullece por provenir de tan acrisolada institución patriótica. Esto ocurre después de casi 50 años como columnista de varios periódicos nacionales, tales como HOY, Listín Diario, Ultima Hora, La Información de Santiagoy el Ecos del Valle de mi pueblo natal Banídonde mi pensamiento ha sido plasmado en unos seis mil artículos,siempre tratando de ser justo como dijera el patricio e imparcial la mayoría de las veces, pero siempre tratando de reconocer lovaliosodenuestras raíces más íntimas. Estashan sufrido sus grandes infortunios desde que en 1822 fuimos ocupados por el ejército del vecino país.
Este reconocimiento meobliga a sentirmefortalecido cuando ya laedad y los achaques comienzan a dejarse sentir con los dolores de la mañana y lafalta devisión cuando manejamos de noche,pero lasideas por la experiencia acumuladasemantienen frescas, en ebullición y destinadas a que algún día nuestro país sea una patriaverdadera paratodos como lo soñaba Duarte. Y esto lo demostró cuando en 1864 regresó asupaís para luchar contra los ocupantes de la ocasión. Ya loshaitianos eran historia aparte yhasta fueron aliados muy útiles en la lucharestauradora que hasta el Gobierno español amenazó con bombardear sus poblaciones si continuaban ayudando a los dominicanos insurrectos..
De nuevo gracias al Instituto Duartianopor este reconocimiento y para míes un compromiso que me obligaa sostener mi línea deopinión enlamisma forma que lahe mantenido por50 años.
Finalmente aprovecho la ocasión para felicitar la labor de todos los integrantes del Instituto Duartiano en su ingente labor de difundir el pensamiento de nuestro patricio para que llegue a todos los corazones de los dominicanos. Al menos se vaya creando conciencia de nuestra razón de ser como ciudadano de un pequeño país pero lleno de orgullo y tradiciones en que la labor de Duarte la asimilamos como el estandarte que debemos imitar si en verdad queremos preservar nuestra nacionalidad frente a tantas amenazas, infortunios y ambiciones de los hombres.Hasta aquí mi mensaje de agradecimiento.
Ahora agrego estas palabras finales para destacar la labor de la institución empeñada en fortalecer el sentimiento duartiano en el corazón de una población que en su mayoría carece del patriotismo que se necesita en este momento estelar de la vida republicana rodeada y ahogándose por las influencias externas más variadas que nos llegan de la misma isla y del exterior. Una de esas es el incontrolable ingreso de haitianos que altera costumbres e influye en malos hábitos. También está la penetración cultural de hábitos, modas y música que afecta la conducta de las presentes generaciones.

Publicaciones Relacionadas