La agricultura se ha convertido en uno de los principales motores de crecimiento de la economía dominicana en los últimos años, afirmó el economista Luis Vargas apoyándose en cifras del Banco Central.
Explicó que desde 2011-2012 al 2015-2016, durante los doce meses comprendidos desde julio del año anterior hasta junio del siguiente, el aporte porcentual de la agricultura comercial al aumento del Producto Bruto Interno (PBI) anualizado subió a 7.32% de 5.08%, toda vez que el otro subsector de la agropecuaria, agrupado como ganadería, silvicultura y pesca, apenas pasó de -0.35% a 1.11%.
Señaló que el desempeño del Producto Bruto Interno Agrario (PBIA) anualizado, de julio de 2015 a junio del 2016, ocupó el quinto puesto de contribución al incremento de RD$231,566 millones del PBI, referenciados a 2007, tras el sorprendente liderazgo del ramo de la enseñanza no mercantil: 12,47%, el pujante sector de hoteles, bares y restaurantes: 10.56% y los declinantes sectores de la manufactura local: 7.33% y la construcción: 7.25%.
Destacó que la curva alcista de la participación de la agricultura mercantil en la variación anualizada del PBI supera con creces la línea casi constante de la ponderación del valor de dicha rama productiva en el PBI, equivalente en promedio a 3.46%, entre el rango de 3.84% en 2011-2012 y 3.62% en 2015-2016.
Considera que altas tasas de crecimiento del producto agrario, ocurrida en anteriores años, apunta en sentido general en el futuro inmediato a una gravitación relativa de este subsector tanto en la aportación como en la composición del PBI.
Entre los motivos y causas del dinamismo positivo de la agricultura dominicana, a su juicio, resaltan la decisiva intervención de la administración de Danilo Medina en la financiación de actividades productivas, la realización de la reforma educativa articulada a la tanda extendida -con inclusión de desayuno, almuerzo y merienda-, la asistencia técnica, la remodelación de la infraestructura física rural y, en especial, las visitas sorpresa del mandatario.
También han incidido en ese crecimiento el incentivo de la economía campesina, la empleabilidad rural, la organización comunitaria y la mejora de las condiciones de vida y actividades agropecuarias.
Vargas resaltó la necesidad a corto plazo de diseñar una reforma integral de la agricultura, ruralidad y ocupaciones campesinas y cuentapropistas, en el marco de una gran reforma económica, social, ambiental y estatal del país, a fin de reconvertir procesos de producción, comercialización y financiación, resolver la pobreza, desempleo y discriminación de género.