El exrector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, monseñor Agripino Núñez Collado, aclaró ayer que la misa que ofició el martes en la Catedral Metropolitana de Santo Domingo no fue un acto político del Partido Revolucionario Dominicano sino una ceremonia religiosa por el alma de quien fue su amigo, José Francisco Peña Gómez y que esa celebración la solicitó desde hace alrededor de un mes la viuda, Peggy Cabral.
Hizo la declaración ante críticas que cuestionan su acercamiento a Miguel Vargas Maldonado, líder de la entidad. Al respecto comentó: “¿Que coincidiera con Miguel Vargas?, es natural, es el presidente del partido pero las misas por los difuntos no guardan relación con los vivos”.
Expresó que la eucaristía “fue en memoria de mi amigo personal. Doña Peggy Cabral, que fue su esposa, conocía de esa relación y me solicitó que fuera el oficiante, si Vargas estaba presente encabezando la representación del PRD no le iba a negar el saludo, es un asunto de cortesía”.
Significó que la misa no fue para un partido, sino por el eterno descanso de una persona que gozó de su aprecio, amistad y su admiración por su sensibilidad social y su preocupación por los pobres, cumplía 18 años de fallecido.
Núñez Collado ha figurado en medios de comunicación mientras saluda a Vargas Maldonado y a otros miembros del PRD.