Al cierre de un ciclo regulador

Al cierre de un ciclo regulador

Con tropiezos, tensiones y algunos desórdenes se cierra hoy el proceso de inscripción de extranjeros para su legalización. República Dominicana destina enormes recursos a este plan con legítimo derecho a organizar la inmigración. No siempre ha encontrado concurso efectivo de sectores externos e internos ni del Estado haitiano en particular. Tras el ciclo de inscripciones el Gobierno ha trazado una ruta clara: revisar los expedientes que estén al día dejando chance para que otros inmigrantes puedan completar trámites pendientes. Ha reiterado la decisión de respetar los derechos de esos seres humanos y evitar maltratos. Existe decisión de documentar a quienes reúnan condiciones y conviene tomar en cuenta que muchos podrían quedar fuera por causas ajenas a su voluntad.

La regularización es imprescindible para unas provechosas relaciones entre dos países de una misma isla pero llamados a coexistir a pesar de sus diferencias. Es cierto que Haití es un exportador de gente forzada por la necesidad, pero es también el segundo mercado de importancia para nuestras exportaciones que mucho necesita; y gracias a una tendencia que se afianza, nuestro vecino brilla como oportunidad para inversionistas dominicanos que ejecutan o trazan planes concretos para generar empleos de aquel lado de la frontera, una exportación de tecnologías y capitales que contribuiría a reducir el flujo de haitianos hacia el exterior.

Un alto en el silencio

Cuando un Presidente se abstiene rutinariamente de comunicarse con sus gobernados en alcance nacional, y de exponerse con periodicidad a las preguntas que nacen del pueblo y deben llegar a él a través de la prensa, se genera un vacío de conceptos y certezas de alto nivel. El presidencialismo es centralizador y la palabra es  herramienta insustituible para que todo el mundo sepa  a cabalidad  a qué atenerse con el Poder. La inconexión informativa pueblo-Gobierno es mayor aquí que en otras partes. La comparecencia  esta noche del Presidente Danilo Medina  genera expectación por tratarse de una exposición más que retartada en medio de un importante proceso  institucional y político. Pero también porque hasta para anunciar su  discurso hubo  exceso de reservas al no adelantar su contenido ante el    interés que despierta. La nación debe ser lo supremo.

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