5:00 pm… Píndaro y su fiel amigo Simón se sientan a conversar… ¿Qué le pasa, que lo veo tan incómodo, Píndaro?… pregunta Simón.

Como respuesta… se muerde los labios … mira al cielo… agarra una piedra… y la tira a su infinito cercano… “¡No entiendo lo que estamos haciendo con nuestro país!” grita enardecido… “¿Cómo es posible que por sólo ser haitiano le nieguen un servicio médico de emergencia a alguien que tiene su papeles al día?”… Se pregunta Píndaro, con impotencia y rabia contenida…

“Tiene que ser muy grande lo que ha pasado, para que usted explote de esa forma”, expresa Simón…

“Como una novela de misterio, te lo cuento”… recibe como respuesta…

“Hoy… 8:30 de la mañana… un humilde pero responsable empleado, con su documentación al día, sale a trabajar con otros dos compañeros de faena… Iniciarán la remodelación de una oficina…”.

“9:00 am… Contando chistes, comienzan las tareas en función… Al desvestir unas puertas con formica, un dedo de una mano roza el filo del material y le corta… Sangre por doquier… Inmediatamente, le colocan un torniquete y detienen el flujo vital… Salen raudos al centro hospitalario más cercano…”.

“9:40 am… Llegan y, de inmediato, van a ‘Emergencia’… ¡Qué sorpresa!… Una doctora indica que, antes de recibir asistencia, hay obligación de hacer cola frente a una ventanilla al otro lado del pasillo… Allí se recibirán instrucciones y autorización para procedimiento… Ni modo –piensa el jefe del accidentado- vamos pa’ llá y volvemos a que te atiendan, antes que te pongas peor…”.

“9:45 am… Se inicia calvario… En una cabinita estrecha y poco funcional, una jovencita de piel morena y edad entre 20 y 25 años, escucha el reclamo de emergencia… Sin mediar palabra, exclama: ‘¡Ahhh, pero si es un haitiano!’ … Baja la vista y agrega: “Denme el carnet del seguro y documentos para poderles atender’… Se le pasan el carnet del seguro y la cédula… Ella los ve.. guarda la cédula en una gaveta… hace un primer intento por comunicarse al seguro para verificar carnet – que está al día con una ARS muy reconocida… Levanta la cabeza de nuevo… mira al paciente… hace una mueca de desagrado… hace un segundo intento al teléfono… Luego de unos minutos, cuelga…”.

“9:55 am…. Un médico cercano ve la situación… comenta: ‘Ella es sustituta.. la que debe estar digitando está desayunando… y, no ha regresado aún’…”.

“10:05 am…. El paciente espera en emergencia… En el pasillo, una señora baja y gordita se acerca y comenta: ‘No esperen por otra persona… ella es la empleada de turno’… Y, agrega: ‘Lo que pasa es que su carnet no está activo y no le podemos prestar el servicio’… En la cabina, la jovencita sin mirar de frente, comenta: ‘El servicio de emergencia es de más de mil pesos… a eso, hay que agregar los medicamentos que se usen… y, eso hay que pagarlo antes de que se le dé el servicio’…. Ante esto, se hace compromiso de pago para que presten el servicio –dejando para luego reclamar al seguro-… Ahora, la joven entrega una autorización para emergencia…

“10:15 am… Un médico da las indicaciones de lugar y entrega al paciente las recetas… ‘Este paciente –dice- hubo que darle nueve puntos porque se bandió el lateral del dedo… Luego de una semana y con esos medicamentos, sanará’… Entra a la sala un señor, bajto y rechonchito y dice: ‘Soy el supervisor… -viene acompañado de seguridad del centro, pues parece piensa que hay un amotinado-… lo que pasa es que el carnet del seguro no está al día y ustedes deben pagar por el servicio’… agrega, envalentonado…”.

“10:25 am… Vuelven todos al lugar de origen… De nuevo la joven que, con gran parsimonia, elabora su factura… ‘¡Tres mil novecientos ochenta y cinco pesos!’, dice…. Se para de su asiento… entrega el carnet… Coge la cédula y, factura en mano, dice: ‘¡Voy con ustedes a caja para que no se vayan sin pagar!’… Ante todos, el enfermo y sus dos acompañantes parecían reos de confianza….”

“10:35 am… La jovencita entrrega la cédula y da la espalda…”.

“10:40 am… Termina el calvario…”

“¡Qué pena y vergüenza, por su procedencia y aunque esté con sus documentos al día… to’ se le pega!”