Al secretario Comercio EE.UU. no le importan guerras comerciales

Al secretario Comercio EE.UU. no le importan  guerras  comerciales

US Secretary of Commerce, Wilbur Ross addresses delegates at the annual Confederation of British Industry (CBI) conference in east London, on November 6, 2017. / AFP / Daniel LEAL-OLIVAS

Wilbur Ross, el secretario de Comercio de Estados Unidos y el más visible combatiente del presidente Trump en esas lides, fue el 2 de octubre al simposio anual de una asociación nacional de empresas exportadoras como orador principal.

Cuando habla de las políticas comerciales del “America First”, su voz, actitud y discurso metódico hacen que suene menos resentido y revanchista que cuando el propio presidente las expresa.
Ante unas cien personas, Ross reconoció el nerviosismo por la decisión de Trump de imponer millones de dólares en aranceles a productos extranjeros, principalmente de China.
Como resultado, los exportadores de Estados Unidos ahora tienen que lidiar con aranceles de represalia que otros países les han aplicado. Ross les dice que no hay nada que temer.
«Como ya les dije antes, no juzguen al presidente por sus tácticas, sino por sus resultados. Y creo que cada vez está más claro que sus políticas comerciales están funcionando muy bien», dijo. Y añadió que otros países se han sumado a EU para detener a China.

La perspectiva de un enfrentamiento entre EU y China inquieta a muchos, pero Ross habla de ello como si no fuera un problema.
«Nunca hay un momento perfecto para una disputa comercial», mencionó a los exportadores. «Pero ahora, con nuestra economía tan fuerte y otras economías en dificultades, es un buen momento para un poco de confrontación».

«¿Es esta guerra comercial parte de una estrategia más grande contra la agresión política y económica de China? ¿O es solo un método para corregir las malas prácticas de China en las políticas económicas y comerciales?», le preguntaron.
Ross se limitó a responder que el gobierno de Trump solo quiere que China juegue de manera más limpia.
Sin embargo, dos días después, el vicepresidente Mike Pence emitía una condena más amplia contra China, vinculando sus prácticas comerciales con su expansión militar en el Mar de China Meridional y su represión de la libertad religiosa, debilitando las relaciones. Ross había sido evasivo, seguramente sabía la verdadera respuesta.

El secretario de Comercio no suele estar entre los miembros más destacados del gabinete, ni siquiera en temas de comercio. Aunque preside una gran división de comercio internacional con empleados en embajadas estadounidenses en todo el mundo, es el representante de Comercio, actualmente Robert Lighthizer, quien reporta al presidente y es el negociador en asuntos comerciales.
El secretario del Tesoro y el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca también se involucran en el tema. Luego, el secretario de Comercio se ocupa del departamento, que incluye la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y la Oficina del Censo.
«No es un puesto clave o importante si quieres tener influencia política», señala Derek Shearer, profesor en el Occidental College.

Pero Ross no es un funcionario común, se ha convertido en el secretario de Comercio de más alto perfil en décadas. Antes de aceptar el cargo, ya era conocido como un multimillonario inversionista buitre.
Pero Trump vio algo más en él. Cuando lo eligió para el puesto en 2016, lo llamó «un asesino» y prometió que Ross sería un asesor clave en la cruzada para cambiar de táctica en las relaciones comerciales de Estados Unidos.

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