El Alavés se clasificó para la final de la Copa del Rey, donde será el rival del FC Barcelona, tras su victoria 1-0 en casa sobre el Celta de Vigo (ida: 0-0), ayer en la vuelta de las semifinales del ‘torneo del KO’.
Cuando todo parecía conducir a la prórroga, el equipo vasco consiguió el único tanto del partido en el minuto 82, por medio de Edgar Méndez, que recibió después de que Víctor Camarasa peinara el balón. El jugador canario se deshizo de dos defensores, Hugo Mallo y el argentino Gustavo Cabral, antes de batir al arquero Sergio Álvarez.
Ese fue el único gol de una eliminatoria de 180 minutos, con dos partidos muy equilibrados y con dos equipos muy bien plantados defensivamente, que no lo pusieron fácil en ningún momento. Este miércoles, tras una primera parte equilibrada, el Alavés fue mejor después del descanso.
El brasileño Deyverson avisó en el 59 y tuvo otra gran ocasión en el 69. Ibai Gómez perdonó incluso en el 66 en otra clara oportunidad alavesista.
El tanto de Edgar Méndez en el 82 hizo justicia a los méritos de los locales, que incluso pudieron haber ganado por más en los últimos minutos, especialmente con un balón de Camarasa solo ante el arquero en el descuento.
El recuerdo de 2001
El Alavés, un recién ascendido esta temporada la primera división española, donde va duodécimo, alcanzó la final de la Copa del Rey por primera vez en su historia. Los hinchas blanquiazules podrán volver a vivir una final como la recordada de 2001 en la Copa de la UEFA, donde brindaron una resistencia memorable antes de caer en la prórroga ante el Liverpool (5-4). Frente a ellos esta vez estará un Barcelona que ha ganado las dos últimas ediciones de la Copa del Rey y que domina el palmarés con 28 títulos en esa competición. El equipo catalán se clasificó el martes tras empatar 1-1 con el Atlético de Madrid, al que había derrotado 2 a 1 como visitante en la ida, la pasada semana en el estadio Vicente Calderón. El Alavés llegará a la final con el cartel de víctima, como también parecía antes de las semifinales, ante un Celta (10º) que va ligeramente por encima en la clasificación y que, sobre todo, venía con la confianza reforzada tras eliminar.