Entre 1994 y el 2008, Alberto Castillo fue uno de los receptores más cotizados de la pelota dominicana.
Insigne de las Aguilas Cibaeñas, también fue un perenne acompañante de sus equipos campeones a la Serie del Caribe.
Siete veces, en sentido general, Castillo recuerda haber visto acción en los clásicos caribeños ya fuera con la camiseta amarilla o de los Tigres del Licey.
Pero sin importar el color de la camiseta, o quién fuera el campeón, para Castillo lo único relevante era jugar por su país.
“Jugar para la República Dominicana siempre era importante”, dijo Castillo, en una conversación telefónica con redactores del periódico Hoy.
Castillo recuerda con mucha jocosidad uno de los momentos -considera- más llamativos de su paso por la Serie del Caribe.
“En la Serie del Caribe de Carolina (2007) se armó una discusión en el público y el partido tuvo que detenerse. Mi compadre Miggy (Miguel Tejada) tomó el micrófono y le habló al público, les dijo que se estuvieran tranquilos, que nosotros les íbamos a ganar a Puerto Rico”, dijo.
De esa misma Serie del Caribe del 2007, Castillo tiene un grato recuerdo.
Se trata de la apertura que hizo el fallecido José Lima frente a Venezuela, con cinco entradas de dos carreras, de un partido que se extendió a 18 entradas y que terminó siendo ganado por el equipo quisqueyano.
“Ese fue un juego emocionante en todos los sentidos que se pueden imaginar. Fue algo impresionante”, comentó.
También se refirió a la rivalidad contra Puerto Rico, la cual comparó con la más intensa de la pelota dominicana.
“Jugar contra Puerto Rico era como si estuviéramos jugando Aguilas contra Licey en el Quisqueya o en el Cibao”, opinó.