Alerta a la juventud

Alerta a la juventud

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La hora que vive la República Dominicana es de reflexión. Aun cuando es posible plantearse una reforma de las instituciones, no se puede perder de vista, como lo hemos dicho otras veces, que todavía en los grandes sectores predominantes de la sociedad dominicana prevalece un cierto sentido de autoritarismo, en los partidos mayoritarios y también en los minoritarios, cuyas conductas respectivas y dentro de su propia vida reflejan y confirman nuestra afirmación. Todos parecen estimar que los evidentes efectos de nuestro sistema político son irremediables. Lo preocupante es que entretanto los ciudadanos se sienten desencantados por el mal funcionamiento de las instituciones y cae en picada la credibilidad de la clase política. A más de cincuenta años de libertad y de las primeras elecciones en la República Dominicana todavía no ha sido posible establecer nuevas instituciones políticas sanas y duraderas, porque la juventud y el electorado se han dejado manipular por un sinnúmero de falsos e incapacitados dirigentes; pocos han sido y son los bien intencionados, mucho ha sido la autocomplacencia de quienes se han beneficiado de la situación imperante y han faltado jóvenes preparados, sinceros y luchadores, que piensen en la patria, la mayoría han sido trepadores en busca de la fortuna fácil y el poder.
El problema de la juventud nacional estriba en la falta de oportunidades y en su desaprensivo interés por una formación integral que les permita competir honestamente por los mejores puestos del mercado de trabajo. Para obtener buenos salarios, se necesita una formación general completa y ésta, desgraciadamente, es difícil obtenerla en nuestra escuela secundaria y superior, quizás por la ausencia de buenos maestros, y de una juventud que se ha dejado deslumbrar por el bombardeo de una propaganda dirigida al consumismo.

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