ALERTA. Luis Alfredo Torres o el gran talento revuelto en la noche de Santo Domingo, II

ALERTA. Luis Alfredo Torres o el gran talento revuelto en la noche de Santo Domingo, II

Juan Freddy Armando

Ahora, analizaremos algunos rasgos de su personalidad y luego veremos las fortalezas y debilidades de su ejercicio poético, de modo que podamos hacernos una idea de las partes más valiosas estéticamente hablando y las más débiles en ese mismo aspecto.

¿ERA UN HOMO O POLISEXUAL?
Alguna gente ha dicho que el poeta Torres era homosexual. No me consta, y por eso no hago la afirmación. Porque de mucha gente se ha dicho que son esto o lo otro, y luego se comprueba que no era así, o, si se les piden las pruebas a quienes lo dicen, tartamudean o se ven obligados a decir que no las tienen. Sin embargo, al estudiar algunos de sus poemas, surge la sospecha de que lo fuese o pueda calificarse, más bien, como lo que yo llamaría un polisexual.

Al reseñar esta condición, no la refiero como estigma o virtud, sino solo como una probable realidad que influyó sobre su accionar literario, y cuya observación permitirá a los lectores comprender mejor sus textos. Exploremos el caso.

Ha habido homosexuales, como el argentino Manuel Puig, quien supo cantar su encanto a los hombres que fueron sus encantos. Como siempre pasa en el amor, unas veces otro hombre es su pareja y en ocasiones la persona es su propia pareja, pues se enamora de sí misma. En lo referido a Torres, sus recurrencias al espejo, su reflejo en las aguas, son vueltas a ese narciso que llevaba dentro y con el que se identificaba tanto.

Aunque no de forma tan directa como aquel en que Whitman elogia detalles corporales de los jóvenes que observa pasarle por el frente y continuar su camino indiferentes, mientras sus ojos danzan al compás de sus movimientos.

Sin embargo, tal como sucedió con este gran poeta norteamericano, algunos poemas de Luis Alfredo Torres tienden a hacernos pensar que haya sido un polisexual, valga la invención; es decir, tener sexo con hombres y mujeres indistintamente. Los trataremos en una próxima entrega.

SEÑALES DE FORTALEZA EN SU POESÍA

1-Como en René del Risco, el mar es una verdadera obsesión a la que saca excelentes frutos verbales.
2-Los rostros y el espejo, son otras de sus recurrencias que usa con enfoques diferentes, renovando la visión de esos símbolos.
3-En la poesía de Torres siempre es de noche y se está en acción perenne.
4-Hay en él lo triste mezclado con lo dulce, como en el trilce de Vallejo, y al igual que en este, prima lo triste, lo amargo, lo desolado. Sin embargo, en Torres estos estados mentales adquieren un sentido autodestructivo, tal como señala Radhamés Reyes Vásquez en el análisis de su obra.
5-La excelente cadencia, con el recurso de la letanía propio de las oraciones, de los rezos está muy presente en Canto a Proserpina y en otros poemas. Este empleo enriquece creativamente sus poemas, al darles irónicamente el tono solemne del rezo y de la oración religiosa.
6-La elegante repetición ex professo que heredamos de los grandes clásicos españoles y griegos, la retoma Luis Alfredo para ponerle música al verso, o dar mayor intensidad a una idea. Borges usa también de vez en cuando esta fórmula, pero no para dar intensidad, sino sobre todo para mayor musicalidad del verso.
7-También frecuentó la intertextualidad, integrando a sus poemas versos ajenos que honestamente reconoce que lo son con sus correspondientes comillas. Muchos años después, esto fue usado ampliamente usaron los poetas de la generación de los 80 en nuestro país.
8-Tiene una productiva influencia de la metáfora audaz de Vallejo, dándole su toque propio, como ocurre en el poema Entre Pobres, una hermosa pieza, enérgica denuncia líricamente bien estructurada, culminando con la sorprendente solución: “vendrás tú, revolución”.
9-Maneja, como todos los grandes versificadores, lo que nuestro fenecido y admirable Carlos Gómez Doorly llamaría el poema de largo aliento, la sinfonía lírica en la que -como en los maestros de la música estilizada o culta- se prueba y sale airosa la capacidad de mantener al lector absorto en el sopor feliz de la cadena verbal que lo lleva a los territorios sublimes del paraíso estético.

MARCAS DE DEBILIDAD EN SU LÍRICA

Generalmente, en los análisis de la literatura –como he dicho ya en otros escritos- los críticos solo hablan de la parte positiva, de los aportes del autor, pero estoy convencido de que deben abordarse ambas cosas: fortalezas y debilidades. Toda obra humana es deleznable, ha dicho Carlyle. Yo agrego que defectuosa, coja, con caídas.

En nuestro caso, podemos decir que en Luis Alfredo Torres las virtudes son más que los defectos. A continuación, un pequeño inventario de las caídas presentes en su virtuosa poesía:

1-La palabra corazón, tan gastada por los poetas, la usa frecuentemente sin ofrecernos una nueva cara de la misma.
2-Algunos poemas resultan intrascendentes por panfletarios, como el dedicado al 14 de junio.
3-En ocasiones repite las mismas metáforas -probablemente por olvido de haberlas usado- en textos distintos.
4-En su libro Luz sorda hay poemas que se quedan en una oscuridad vacía que luego supera en su producción posterior al ajusticiamiento de Trujillo.

SUS MEJORES POEMAS

A continuación haremos un recorrido por sus más significativos textos poéticos para ver de manera específica los logros de nuestro vate. Empezaremos con el más reconocido, y luego exploraremos otras valiosas piezas de su inventario lírico.

CANTO A PROSERPINA

Una antología de la poesía dominicana que se precie de tal, está indudablemente impelida a incluir este poema del bardo barahonero. Es su texto lírico más emblemático, buque insignia de sus letras.

Posee muchos elementos dignos de admiración, pero el de mayor relieve es que en su factura el poeta desconstruye el mito, y siguiendo el curso del original personaje, inventa su propia Proserpina. Abusadora en vez de abusada, lasciva en vez de angelical. No trae la primavera, sino que viene a envenenar todo. Contrario a la tradición griega, en el canto de Torres Plutón le ha dado una fruta envenenada de pasión por el mal, para obligarla a regresar cada cierto tiempo a los infiernos.

Continuando su proeza, Luis Alfredo la hace parir y a ser madre de las terribles y vengadoras Furias o Erinias. Mientras que en la argiva realidad mítica helénica estas tienen otros dos orígenes: lro., nacieron de la Noche, 2do. provinieron como consecuencia de que Cronos cortó los testículos a Urano, su padre, y el semen cayó sobre Gea o la tierra, que la hizo concebirlas y traerlas al mundo.

Podemos afirmar que en este poema, el bardo hace acopio de la diversidad de sus recursos creativos y aportes líricos: cadencia llevada en perfecto ritmo, repeticiones intensificadoras, los tropos innovadores, las invocaciones sálmicas, letanías, jaculatorias.
Se trata de un poema extenso e intenso, compuesto por cinco estremecedores cantos, y en el próximo artículo exploraré un poco más sus virtudes, para luego ver otras obras de nuestro bardo.