Algo De Todo

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ELSA RAMÍREZ DE MIURA

Para todos los lectores de esta columna, les deseo en este nuevo año mucha unión familiar, paz y alegrías. Que logren sus propósitos y sueños y que el 2019 traiga bienestar, salud y muchos motivos para sonreír. Feliz Año Nuevo!!!

En la mayoría de los países del mundo, se suelen comer 12 uvas a la media noche del 31 de diciembre, sin embargo, en Argentina no se comen uvas, sino pasas. Cada uno de estos frutos significa un propósito que la gente se hace para el año.

En Japón, siguiendo la tradición budista, se dan un total de 108 campanadas con motivo de la llegada del Año Nuevo, responsables de alejar los 108 pecados terrenales que afectan al ser humano según esta filosofía, entre los cuales se encuentran la ira o el deseo. Pecados que según la tradición es necesario eliminar para poder recibir el Año Nuevo con el alma purificada. Es necesario envolverse en el humo del incienso encendido para la celebración, y rezar dando tres palmadas.

Algunos de los ritos que se celebran en diversos países son:

Arrojar lentejas como una forma de atraer dinero.

Esconder siete monedas doradas debajo del arbolito navideño.

Colocar una moneda o billete en el zapato para darnos prosperidad económica.
Aquellos que buscan casarse, deben sentarse y pararse al ritmo de las 12 campanadas del reloj a medianoche.

Para alcanzar un ascenso en el trabajo la fórmula es subir y bajar por las escaleras o colocarse sobre una silla justo con la llegada del nuevo año.

Por su posición geográfica, Samoa y Kiribati son las primeras naciones en experimentar el Año Nuevo, mientras que la deshabitada Isla Baker y la Isla Howland son las últimas.

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