Para muchos médicos y especialistas en nutrición, las grasas trans son casi un veneno oculto en muchos alimentos que causa estragos lenta y silenciosamente en nuestra salud. Si comes pizzas congeladas, productos horneados, palomitas para microondas o bollos industriales los conoces muy de cerca.
A continuación el portal Qué de España muestra una lista de alimentos, según la Academia de Nutrición y Dietética y la Asociación Británica de Dietética.
Bollería industrial.
La bollería industrial dirigida especialmente a los niños, así como las galletas rellenas de chocolate o los cereales del desayuno chocolateados pueden contener grasas trans. ¿En qué consisten? Son aceites artificiales conseguidos a través de la manipulación química de algunas materias primas naturales, como el aceite de coco o de palma entre otros. Es una grasa que se forma cuando el aceite líquido se transforma en una grasa sólida añadiendo hidrógenos. Este proceso se llama hidrogenación y sirve para incrementar el tiempo de vida útil de los alimentos, su textura y su sabor.
Palomitas para microondas.
La mayoría de las grasas trans de nuestra alimentación provienen de ‘alimentos industriales’. Por ejemplo, las palomitas de maíz con las que solemos acompañar las pelis que vemos en casa, contienen mucha sal, mantequilla y colesterol… además de grasas trans.
Hamburguesas.
Las hamburguesas son alimentos elaborados industrialmente con aceites vegetales, por lo que abusar de ellas solo va a conseguir que aumenten nuestros niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre. Según la OMS, el consumo de grasas trans deberían representar menos del 1% de las calorías diarias ingeridas por un adulto.
Papas fritas.
Dentro de la comida basura o ‘fast food’, las patatas fritas congeladas contienen gran cantidad de grasas trans. Si tienes antojo de este snack, lo mejor es que tú mismo peles las patatas y las frías en aceite de girasol, nada de comprarlas congeladas o consumirlas en cadenas de restaurantes de comida rápida.
Helados.
Ojo a los helados ahora que estamos en pleno verano, especialmente con los niños. Lo mejor es reducir su consumo, ya que algunos fabricantes utilizan aceites vegetales (palma o coco) para su elaboración, lo que hace que contengan grasas trans.