Alto nivel de las obras en Concurso por los Valores

Alto nivel de las obras en Concurso por los Valores

Entre los eventos nacionales, el Concurso Nacional de Pintura Joven por los Valores está demostrando solidez y constancia. Hecho fundamental: su celebración se repite periódicamente, fiel a la meta de estimular dotes, aspiraciones y avances en el desarrollo, moral y ciudadano, social y cultural dominicano.
Sus objetivos contemplan el presente y el porvenir, dirigiéndose a los jóvenes artistas entre 18 y 35 años. Ha sido concebido, organizado y auspiciado por la Vicepresidencia de la República desde su programación inicial. A esta cuarta edición, el Ministerio de Cultura le hizo un aporte de importancia.
El certamen, que se ha mantenido exclusivo con la pintura –categoría mayor siempre en el arte dominicano–, ha probado su total éxito. Cada uno de los concursos precedentes fue distinto en resultados y respuestas: el primero obtuvo una participación masiva, el segundo fue más homogéneo cualitativamente, el tercero tuvo menos participantes, pero en conjunto demostró tanta fuerza que se admitieron todas las obras.
Esta cuarta edición vigoriza la convicción ya reinante y provoca hasta el entusiasmo por sus resultados, tanto cuantitativos como cualitativos. ¡La receptividad del público, más que grata, es de asombro ante decenas de obras relevantes formal y conceptualmente, ahora expuestas en la Galería Nacional de Bellas Artes!

Artistas ecologistas. El IV Concurso Nacional de Pintura Joven por los Valores señaló en sus bases que “tendrá como tema arte y cultura ambiental, por la preservación del medio ambiente y nuestros recursos naturales”. Luego, refiere a esas prioridades que abarcan el agua, los suelos, la flora, la fauna, la naturaleza en conjunto.
Esta edición del concurso quiso emprender una verdadera campaña ecológica, entre rescate, preservación y progreso de las especies vegetales y animales, gracias a la percepción de los artistas y su creación pictórica. Es alentador comprobar sensibilidad, preocupación y denuncia de los jóvenes ante el abandono y la depredación ecológicos.
Aquí, la pintura de la nueva generación, a la vez que se compromete en contenido y mensaje, mantiene el gesto y la pincelada, la pasta y el colorido. La seriedad y dominio del oficio, hasta sorprendente en su observación de la academia, es un común denominador, al igual que la diversidad de expresiones y captación del tema.
Encontramos varios enfoques interpretativos: la celebración de una naturaleza pródiga y fructífera, la sustitución de los recursos naturales por la contaminación y la basura, la advertencia real-alegórica ante la amenaza destructora, ¡hasta la máscara o la solución biónica como último recurso! Árboles y vegetación, fuentes y ríos multiplican su presencia o su ausencia; las mariposas y las aves simbolizan la fauna; la realidad, el sueño, la pesadilla alternan…

Galardones. Los artistas presentaron obras de tanta calidad, formal y conceptual, que un jurado conquistado aumentó el número de distinciones y premios, de los seis previstos a trece. ¡Un fenómeno que solamente se produce en un concurso de esa índole, que motiva e incentiva!
Johanny Berenice Gómez se distingue por una maestría exquisita en todos los componentes de la obra; Milcíades González comunica un mensaje y una ejecución impresionantes; el corazón nuestro late con el árbol de Randy Encarnación. Los premios especiales de Wali Vidal –uno más a su palmares–, Katheryn Cabrera y Luis William Ángeles son muy merecidos. ¡Hay tantos trabajos interesantes, entre los premios, las menciones, los seleccionados, que la visita se impone, algo que no siempre se recomienda en esta clase de (re)presentación! Además, el siguiente Concurso por los Valores se espera…

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