Altuve y Puig encabezan duelo de toleteros latinoamericanos en Serie Mundial

Altuve y Puig encabezan duelo de toleteros latinoamericanos en Serie Mundial

Los Angeles. Antes que den comienzo las acciones en la Serie Mundial, el protagonismo de los peloteros latinoamericanos está asegurado con el segunda base venezolano José Altuve como el gran líder de los Astros de Houston, mientras que el jardinero cubano Yasiel Puig será uno de los bates decisivos de los Dodgers de Los Angeles.

Altuve, de 27 años, que batea para .400/.500/.775 con cinco cuadrangulares y ocho impulsadas en lo que va de la fase final, será más decisivo que nunca en la ofensiva de los Astros que dominaron con su bateo poderoso a los Medias Rojas de Boston y a los Yanquis de Nueva York antes de llegar a su segundo “Clásico de Otoño” en la historia del equipo.

El pelotero venezolano, mejor bateador de las mayores, máximo aspirante a ser también el Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Americana, es consciente de la responsabilidad que tiene sobre sus hombros y de ahí que se cuide de no excederse ni en las celebraciones de los pasados triunfos del equipo. Su argumento es que no le gusta que le tiren el champán por encima del cuerpo, pero la realidad es que no quiere sufrir ningún problema físico que le impida estar en perfectas condiciones de cara al gran reto del equipo.

Si los Astros logran vencer a los Dodgers para coronarse campeones por primera vez en la historia de la franquicia, entonces, Altuve no tiene ninguna duda que lo celebrará por todo lo alto, pero ahora es momento de seguir con la concentración al máximo.

Precisamente para que esa celebración se pueda dar, Altuve tendrá que seguir su buena producción con el bate, dado que cuando no hizo contacto con la pelota en los tres partidos disputados en el Yankee Stadium ante el equipo local de los Bombarderos del Bronx, los Astros acabaron derrotados.

Todo cambió de nuevo a la vuelta a Houston para el sexto y séptimo partido, en los que Altuve recuperó su poder ofensivo y los Astros ganaron con comodidad a los Yanquis para conseguir el boleto a la Serie Mundial, el gran sueño que siempre tuvo en su infancia cuando crecía dentro del gran ambiente beisbolístico que se vive en toda Venezuela.

“Me crié en un país donde el béisbol es el deporte número 1, viendo a Miguel Cabrera dando jonrones en la Serie Mundial (del 2003) y siempre quise ser parte de eso”, declaró Altuve a los periodistas.

“Todavía no puedo creer que estoy aquí. Estoy viviendo un sueño. Ya quiero salir al diamante».

En lo que es el primer enfrentamiento de Serie Mundial entre equipos ganadores de 100 juegos o más desde 1970, Altuve está consciente del reto que les espera a los Astros.

“Somos uno de los mejores equipos de Grandes Ligas. Por eso estamos aquí”, destacó el pelotero venezolano.

“Pero también vamos a enfrentarnos a uno de los mejores equipos. Los Dodgers son bien completos y saben competir. Ganaron más de 100 partidos. Sabemos lo que tenemos que hacer, ellos saben lo que tienen que hacer y va a ser una Serie Mundial bastante interesante».

Junto a Altuve también estarán jugadores importante latinos con los Astros como son su compatriota Marwin González, el boricua Carlos Correa y Carlos Beltrán, además del cubano Yuli Gurriel, que ha sido un apoyo grandísimo para la ofensiva de los Astros.

La presencia de Gurriel también hará que el duelo con su compatriota Puig, el jugador clave en la ofensiva de los Dodgers, sea un aliciente más para ver en el “Clásico de Otoño”, el primero en 29 años para el equipo angelino.

El talento y carisma de Puig, de 26 años, han causado sensación en los playoffs.

Es más astuto al tomar sus turnos el plato y posee un cañón con su brazo desde los jardines.

Su entusiasmo enardece al resto del equipo, pero sin perder la concentración sobre lo que hay que hacer en el terreno, por lo que su emoción de estar en su primera Serie Mundial es grandísima.

En esta postemporada se ha visto la mejor versión de Puig, en franco contraste al locuaz pelotero que deleitaba en un momento para luego martirizar a su piloto, Dave Roberts, compañeros y ejecutivos de los Dodgers desde su debut en las mayores en junio de 2013.

Puig bateó para .455 en la Serie de División contra los Diamondbacks de Arizona, en la que fue decisivo con su bate, al margen de dar su propio espectáculo mientras brillaba en la ofensiva, sin que esta vez fuese una distracción para el equipo.

Nada que ver con el pelotero marcado por las dos veces que fue detenido por conducir de manera imprudente en un lapso de ocho meses en su año de novato.

En los juegos, las malas decisiones que tomaba en el corrido de bases desquiciaban a los fanáticos y ejecutivos.

Problemas musculares incidieron en que se perdiera varios juegos y una merma de su producción los últimos dos años.

El punto de ebullición llegó el pasado otoño, cuando Puig fue enviado a las menores y los Dodgers parecían dispuestos a dar de baja al segundo más votado por el premio al Novato del Año en 2013.

Tras el baño de humildad, el desertor cubano volvió al equipo ese septiembre y terminó la temporada regular con un promedio de .263, todo un síntoma que comenzaba a estar en el camino correcto.

Esta temporada, lo mejor de Puig ha superado con creces sus momentos desafinados (gestos groseros a fanáticos de los Indios en Cleveland en junio y ser sentado por Roberts por una jugada en la que el último out tras un insensato intento robo de base en septiembre) Ha tenido al mejor año de su carrera.

 

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